Castigado por reventar la presa del pantano de Luna

En 1952 en premio Planeta estaba cantado para el leonés Severiano F. Nicolás pero no lo ganó pues en la trama de la novela "reventaba" la presa de Barrios de Luna y causaba numerosos muertos

Fulgencio Fernández
12/09/2021
 Actualizado a 12/09/2021
Severiano Fernández Nicolás falleció hace unos días a los 102 años. | L.N.C.
Severiano Fernández Nicolás falleció hace unos días a los 102 años. | L.N.C.
Si hay un premio literario en este país con el que las quinielas nunca fallan y gana aquel cuyo nombre ya corría de boca en boca ése es el Planeta, que tantos autores ya han declarado que se les encarga la novela para que gane el galardón mejor dotado económicamente, lo que ayuda a vencer los escrúpulos.

En 1952 también corría ya de boca en boca el nombre de un leonés, Severiano Fernández Nicolás (Montejos, 1919-Madrid, 2021) fallecido hace tan solo unos días. Era uno de los nombres más destacados y valorados del realismo social que emergía en aquella época y a él pertenecía ‘Tierra de promisión’, la novela nacida para ganar el Planeta y que se desarrollaba en tierras leonesas, concretamente durante las obras del Pantano de Luna, obra de la que renegaba el protagonista, Blas Santos, un hombre profundamente apegado a su tierra.

Pero llegó el fallo del premio y el ganador fue... Juan José Mira, un autor prácticamente desconocido, muy del perfil del finalista del galardón pero que se lo llevó con su obra ‘En la noche no hay caminos’.

¿Qué ocurrió? Nunca se confirmó lo que había ocurrido, porque sería increíble que se hiciera en 1952, pero ‘se filtró’ que en la novela del leonés había un desenlace trágico al reventar la citada presa y causar numerosos muertos con la pantanada. No le hizo ninguna gracia al Régimen en aquellos años de "queda inaugurado este pantano" y Fernández Nicolás no ganó el premio con su Tierra de promisión. Como tampoco ganó el Nadal, fue finalista, con ‘La ciudad sin horizontes’. Dos veces finalista, de dos grandes premios, en el mismo año.

Parece que lo que no le faltaba al de Montejos era ironía y en 2007 publicó unas memorias en las que recordaba aquellos años y las tituló... ‘El finalista’. Y en la portada aparecían los lomos de las cuatro obras con las que había sido finalista de grandes premios.
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