Casi 40 osas y 66 crías viven en la Cordillera Cantábrica

Los expertos vaticinan que en pocos años la especie pueda considerarse "fuera de peligro de extinción"

L.N.C.
20/11/2019
 Actualizado a 20/11/2019
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La población de osos cantábricos en la Cordillera Cantábrica evoluciona de manera favorable con la presencia de 38 hembras y 66 crías, es decir, una media de 1,68 crías por unidad familiar, según se extrae del censo correspondiente a 2018 elaborado por los responsables de la conservación de la biodiversidad de las comunidades autónomas de Cantabria, Castilla y León, Asturias y Galicia.

En concreto, de las 38 hembras censadas, 31 se encuentran en la subpoblación occidental, de tal manera que 22, con 38 crías, pertenecen a la zona occidental de Asturias, y nueve, con 14 crías, al oeste de León. Los siete restantes, que tienen a su cargo 14 crías, se hallan en el núcleo oriental, repartidas entre Palencia, con cuatro, dos en León y una en Cantabria. De éstas últimas, tres crías se encuentran en la región vecina y 11 se mueven entre León y Palencia.

Unas cifras que “invitan al optimismo en cuanto a la conservación de la especie y la esperanza de que en pocos años esta especie emblemática de la Cordillera Cantábrica pueda ser considerada como en fuera de peligro de extinción”, tal y como explicaron este miércoles el director general de Biodiversidad, Medio Ambiente y Cambio Climática del Gobierno de Cantabria, Antonio Lucio, el director general de Patrimonio Natural y Política Forestal de la Junta de Castilla y Léon, José Ángel Arranz, y la jefa de servicio de Espacios y Especies Protegidas del Principado de Asturias, Teresa Corominas.

Además, según avanzaron los responsables de las comunidades autónomas que participan en el control de la población silvestre de oso pardo en la Cordillera Cantábrica, en 2019 se han avistado dos ejemplares de segundo año en los concejos de Grandas de Salime (Asturias) y Negueira de Muñiz (Galicia), lo que “apunta a una expansión de la especie hacia el noroocidente, teniendo en cuenta los capítulos de observación de los últimos años de alguna osa con cría en la zona, así como los daños que se han verificado por las guarderías correspondientes”.

El director general de Biodiversidad, Medio Ambiente y Cambio Climático, Antonio Lucio, destacó la consolidación de la estabilidad de la población de osos en la Cordillera Cantábrica tras la tendencia al alza de los últimos años en los que la coordinación entre las cuatro comunidades autónomas ha sido “magnífica” a la hora de intercambiar los datos que recopilan los técnicos de las distintas guarderías.

Así, tras superar el momento “crítico” que experimentó la especie en la década de los años noventa, Lucio advirtió de un nuevo escenario de gestión de esta especie en la Cordillera Cantábrica ante la convivencia “cada vez más estrecha entre el ser humano “y los osos pardos y el incremento que ha experimentado la especie en cuanto a número de ejemplares.

En el caso de Cantabria, señaló que la población de osos pardos, además de consolidarse en sus lugares habituales, como Liébana, Alto Nansa o Alto Campoo, “cada vez más se registran fuera de esos lugares habituales, lo que indica el buen estado de salud de la especie”. Una afirmación que corroboró su homólogo en la Junta de Castilla y León, José Ángel Arranz, quien ha destacado el aumento del área de distribución en el que habita esta especie en la Cordillera Cantábrica, así como su mayor presencia en el corredor central que une los núcleos occidental y oriental de la Cordillera Cantábrica.

Un nuevo escenario que ha llevado a las administraciones a poner en marcha nuevas medidas de gestión que se adapten a los nuevos hábitos poblacionales de esta especie, como las acciones de recuperación de osos heridos o abandonados y las ayudas por daños de la fauna silvestre, entre las que destacan las destinadas a las colmenas y que han permitido reducir de manera considerable los daños en las cuatro comunidades autónomas.

Finalmente, la jefa de servicio de Espacios y Especies Protegidas del Principado de Asturias, Teresa Corominas, destacó la importancia que tienen los estudios de censos que llevan a cabo las cuatro comunidades autónomas, de manera coordinada, a la hora de realizar un seguimiento de la especie y adelantó que el año que viene se incorporarán estudios genéticos al sistema del censo con el fin de lograr estudios individualizados de cada animal.
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