Carolina Rodríguez vuelve a ser olímpica

La gimnasta leonesa firma el mejor Mundial de su vida terminando en novena posición sin cometer fallos en ninguno de sus cuatro ejercicios de la final

Jorge Alonso
11/09/2015
 Actualizado a 19/09/2019
Carolina Rodríguez en el momento final de su ejercicio de mazas en el Mundial de Stuttgart. | FIG
Carolina Rodríguez en el momento final de su ejercicio de mazas en el Mundial de Stuttgart. | FIG
En poco más de un año Carolina Rodríguez ha pasado de estar cerca de la retirada a tener en sus manos el pasaporte para los que serán sus terceros Juegos Olímpicos el próximo año en Río de Janeiro, en los que hará historia siendo la gimnasta más longeva en participar en una cita olímpica con 30 años.

Después del Europeo de 2014 la aparición de Drasanvi y su apoyo a la gimnasta sirvieron para que la leonesa se plantease un último gran reto, los Juegos Olímpicos de Río en 2016, y la del Ritmo no ha dejado escapar ni una sola oportunidad de lograr ese billete a Brasil.

El Mundial de Stuttgart, primera opción de conseguirlo, ha servido para que Carolina haya cuajado una excelente semana tanto en las clasificaciones como en la jornada de ayer en la final del concurso individual para terminar entre las 15 primeras y que España reciba esa plaza en los Juegos que ella misma ocupará si no hay ninguna desgracia desde aquí hasta el próximo mes de agosto en el que se celebrará la Olimpiada.

Inició Carolina su final a las ocho en punto, y su entrada en el tapiz fue una de las más bulliciosas de cuantas gimnastas disputaban esa última ronda gracias a los muchos españoles que hiceron de Stuttgart algo casi tan familiar como el Ceard.

La pelota era el primero de los aparatos que la pupila de Ruth Fernández debía afrontar y donde los nervios no debían aparecer, algo que no pasó de largo por alguna de las mejores del mundo como la ucraniana Ganna Rizatdinova, que dejaba caer una maza en el último suspiro del ejercicio y recibía una mala puntuación.

Carolina tiró de veteranía para romper el hielo y con un ejercicio sin errores, muy expresivo y elegante, lograba una puntuación de 17.516 que la dejaba en una gran novena plaza al final de la primera rotación.

Con la ventaja de saber ya las puntuaciones de las doce gimnastas del grupo B al haberse logrado clasificar entre las 12 mejores y competir en la jornada de tarde en el grupo A, Carolina salió en la segunda rotación muy centrada y con uno de sus aparatos favoritos, las mazas. En un ejercicio muy ‘flamenco’ en los que los ‘ole’ se escucharon en las gradas del Porsche Arena de Stuttgart, Carolina no cometió ningún error, salvando los diferentes riesgos de su rutina para terminar manteniendo la línea con una puntuación de 17.566 que, en el ecuador de la competición, la dejaba muy encaminada a poder terminar entre las 15 primeras y lograr esa plaza para Río de Janeiro.

Ya con las rusas Kudriatseva y Mamun muy destacadas en busca del oro y la plata y varias gimnastas luchando por el bronce, la gimnasta delRitmo inició en la tercera rotación el ejercicio de cinta, en la que el sentimiento y la delicadeza pasaron a ser los protagonistas. Muy expresiva, Carolina continuó sin excesivos nervios para calcar la puntuación de su anterior ejercicio, 17.566 y seguir marcando la línea que la dejaba en novena posición provisional sabiendo que tenía ya un pie y medio dentro de los Juegos si no cometía ningún error grave con el aro.

Todo quedaba ya en manos del aro, último ejercicio del concurso de Carolina y ahí demostró que va a estar en Río por derecho propio. La leonesa clavó la rutina logrando la mejor nota de la noche, 17.600, que hacía que tanto ella como su entrenadora Ruth Fernández explotaran y desbordaran su emoción en el sillón de puntuaciones.
Abrazos y sobre todo muchas lágrimas de alegría fueron la expresión física de un sueño que se hace realidad tras muchos meses de intenso trabajo y que hacen que León vuelva a estar situado en el mapa del deporte mundial en este caso en la gimnasia rítmica gracias a Carolina Rodríguez.
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