Carolina Rodríguez pone el broche de oro a su carrera con un diploma olímpico

La gimnasta leonesa termina octava la final de los Juegos de Río en la última competición de su carrera tras volver a brillar en pelota y mazas, mejorar su nota en aro y sobreponerse a un pequeño error en cinta

Jesús Coca Aguilera
20/08/2016
 Actualizado a 16/09/2019
Carolina Rodríguez, durante el ejercicio de cinta en la final. | COE
Carolina Rodríguez, durante el ejercicio de cinta en la final. | COE
Carolina Rodríguezya era leyenda de la gimnasia rítmica pasara lo que pasara en Río. Pero además, la gimnasta leonesa consiguió poner el broche de oro a su brillante carrera con un diploma olímpico después de terminar en octava posición la final individual de los Juegos Olímpicos de Río al sumar una puntuación total de 69.949.

Había comenzado bien la final para Carolina. 17.616 le daban los jueces al ejercicio de aro de la leonesa, ligeramente por encima de su ejercicio de la clasificación, lo cual le llevaba al noveno puesto, con más de seis décimas de ventaja ya sobre la kazaja Durunda y a menos de una décima de la francesa Moustafaeva, sus grandes rivales por el diploma. Una buena situación, pese a estar fuera de los ocho primeros puestos, a la espera de llevar a cabo sus dos puntos fuertes: la pelota y las mazas. Y el primero de ellos empezó a encarrilar las cosas para la de Ruth Fernández.

La regularidad de la leonesa en los 3 primeros aparatos hizo que un pequeño error en cinta no tuviera consecuencias Con la emocionante canción de Diana Navarro, dedicada a su fallecido hermano, como música de fondo, completaba un sentido y emocionante ejercicio, que durante muchos momentos fue acompañado con ‘olés’ por un público que abucheaba la nota que le daban los jueces, un 17,683 que suponían 67 centésimas menos que el viernes.

Sin embargo, suponía no fallar y, si en el primer aparato era la azerí la que había errado, en éste era la francesa, lo que la servía para ascender a la octava posición y coger una renta de siete décimas sobre Moustafaeva y ocho sobre Durunda, además de dejarla a tiro del séptimo puesto.

Salvo sorpresa, con no cometer errores el diploma debería ser suyo. No era poca cosa.Llegaban las mazas, donde anteriormente dos de las grandes favoritas al pódium como Kudryatseva y Melitina ya habían sufrido caídas. La presión y la importancia del momento marcaban diferencias. Pero para la más veterana de los Juegos no influyó.
Mantuvo la regularidad, volvió a bordar el ejercicio y firmaba 17,700.
Otra vez con ‘olés’ y abucheos de la grada. De nuevo un poco peor que el viernes (1’3 menos), pero suficiente para que el sueño del diploma estuviera muy cerca.

Carolina emocionó a a la grada con sus ejercicios de pelota y mazas, acompañados de ‘olés’ y con abucheos a la nota Ruth Fernández, que no se había podido aguantar las lágrimas tras el ejercicio de pelota,celebraba la actuación de su pupila al terminar de ejecutarla y volvía a no aguantarse el llanto después. Todo por lo que habían trabajado estaba ya al alcance de la mano.

Sólo quedaba la cinta. El ejercicio iba perfecto, pero en los últimos segundos, un pequeño error hacía que se le cayera y bajaba la nota hasta 16’950, la peor de las ocho recibidas durante todos los Juegos Olímpicos. Pero el margen hacía que no importara.

Acababan de vivirse dos momentos históricos. El último ejercicio de la brillante carrera de Carolina Rodríguez y el primer diploma olímpico que le servía como despedida. El cierre perfecto y merecido para una deportista diferente, para un prodigio de su disciplina que se marcha convertida en la mejor gimnasta española de la historia.
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