Esta es la primera vez que Carmen Paz imparte este tipo de taller en la Universidad de León, aunque ha tenido ocasión de hacerlo y con indudable éxito por toda la provincia a través del Instituto Leonés de Cultura. «Desde 2016 vengo impartiendo por toda la provincia de León este tipo de talleres en colaboración con el Departamento de Etnografía y Patrimonio del Instituto Leonés de Cultura dependiente de la Diputación. Son talleres que siempre han tenido una gran aceptación y en ellos intento hacer ver lo importante que es conservar los objetos de nuestra cultura popular sin hacer manualidades sobre ellos. Estarás cansado de ver cómo tunean una silla, una mesa, un mueble, que independientemente de que sean piezas bonitas o feas son la representación de nuestra cultura», sostiene la conservadora restauradora, para quien lo importante es conservarlas como fueron creadas y esa es la intención del taller que impartirá desde el próximo martes en el Centro de Idiomas de la ULE. «Se trata de enseñar las técnicas, los materiales que se deben utilizar para recuperar esos objetos sin cambiarles su esencia. La provincia de León es tan rica culturalmente en todos los sentidos que un mismo objeto, como por ejemplo una galocha o una madreña, dependiendo de la zona el mismo objeto tiene una denominación diferente, la forma y la decoración siempre varían, ya no te digo castañuelas, igual que hay zonas de la provincia de León cuya cultura anterior desconoce lo que eran los antruejos y sin embargo hay otras que todavía los tienen muy presentes», destaca Carmen Paz, para quien esas diferencias las determinan el clima y la orografía de la provincia. «Porque arquitectónicamente no tienen nada que ver las casas o las construcciones de la Montaña Oriental, por ejemplo, con las de la zona de Tierra de Campos. Con todo esto quiero decir que es necesario recuperar todo lo que forma parte de nuestra cultura a través de los objetos de nuestra tradición sin cambiarles el uso. En mis recorridos por la provincia he podido ver cómo usaban gasolina para matar la carcoma o el ácido sulfúrico para quitar óxidos. Se trata de desterrar el uso de productos tóxicos porque no solo son malos para el medio ambiente, lo son para las personas. Se trata también de desterrar las prácticas agresivas, como los lijados con máquinas, y que aprendan técnicas más sencillas que resultan más apropiadas para el tratamiento de estos objetos».Carmen Paz comenta que la materia es la misma para los dos grupos, donde están previstas tres clases teóricas en las que a través de un power point les dará unas nociones básicas sobre la importancia de conservar estos objetos, la seguridad a la hora de hacer estas prácticas, los productos a utilizar y lo más fundamental de todo, qué mezclas se pueden hacer y para qué sirven. La parte práctica incluye tres clases en torno a la metodología y proceso de intervención en la madera, que precisará por lo menos tres clases, en metales, textiles, papel, cerámicas y proteicos. «En madera hay muchas cuestiones que hay que delimitar, desde un enchuletado a diferenciar un barniz de una laca, una cera... De ahí la necesidad de dedicar tres clases», comenta la restauradora, que recuerda que las personas interesadas tienen hasta el próximo lunes para formalizar la matrícula del curso.