Carlos de Linneo y la barca de Ceferino

Por José Javier Carrasco

31/01/2023
 Actualizado a 02/02/2023
El naturalista berciano Celso Arévalo Carretero.
El naturalista berciano Celso Arévalo Carretero.
La Historia Natural de los siglos XV, XVI y XVII –estudio de los reinos animal, vegetal y mineral que constituyen los seres naturales del mundo conocido– es sobre todo descriptiva y abandona el componente alegórico, moral y práctico (empleo farmacológico y alimenticio) presente en las recopilaciones de plantas y animales en la Edad Media. En el campo de la Botánica, a la difusión de las obras de Plinio el Viejo y Dioscórides, por el impulso humanista del siglo XVI, siguieron las descripciones de la flora de las tierras descubiertas. Tanto en el estudio de los animales como en el de las plantas, se aprecia aún una tendencia enciclopedista (agrupaciones de individuos por orden alfabético). A finales del siglo XVI, en lo que se refiere a la Botánica, adelantada respecto a la Zoología, comienzan a diferenciarse las especies mediante rasgos relevantes. Para Andrea Cesalpino (1519-1603) el principio básico de clasificación consistía en establecer los rasgos esenciales de cada planta. Diferencia, con ese fin, entre plantas con y sin semilla. Será Carlos Linneo (1707-1778) quien retome el método de Cesalpino. Linneo adoptó la fructificación como característica esencial para su clasificación. Los estambres, los pistilos, el cáliz y la corola, determinaban el género, la especie la deciden el pericarpio, el receptáculo y la semilla. Raíces, tronco, ramas y hojas ayudaban a terminar de diferenciar las clases de plantas. Ese espíritu racionalizador, no impedía a Linneo creer que las plantas no variaban en número desde la Creación.

La antigua Historia Natural dio paso a la Biología. La Sección de Biología Animal de León, dependiente de la Facultad de Oviedo, empezó a funcionar en 1968 en la Facultad de Veterinaria. En 1975, la Sección de Biología pasa a Facultad. Existió un proyecto para situar el edificio que la albergase en el solar del antiguo Hospicio por la proximidad a la Facultad de Veterinaria. En 1982 se establece en el campus de Vegazana. Desde enero de 1999 es Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales. Actualmente imparte tres grados.

Antes, en 1923, el naturalista Celso Arévalo Carretero (1885-1945), considerado el introductor de la Limnología en España, publica una breve memoria, en esa línea innovadora de trabajo, sobre el Lago de Carucedo. Nacido en Ponferrada, deja la ciudad poco antes de cumplir tres años por el traslado del padre, catedrático de instituto. Treinta y cinco años después viajará desde Madrid, donde da clases en el Instituto Cardenal Cisneros, hasta Carucedo, aprovechando las vacaciones de Semana Santa, para realizar su investigación. La climatología se muestra desfavorable, el estudio transcurre en condiciones adversas, y debe abandonarse por la muerte de su suegro. En la amena memoria –cita la novela de Gil y Carrasco ‘El lago de Carucedo’–, expone el material utilizado, la morfometría y descripción del lago, su biología  –las formas de fitoplancton y de zooplancton, peces, fauna terrestre y apenas nada sobre la vegetación–, y aborda, por último, su aprovechamiento actual y posibles usos futuros. El trabajo va acompañado de tres mapas, ocho fotografías y nueve ilustraciones con las variedades de fitoplancton y zooplancton halladas. Una de las fotografías corresponde a la de la maltrecha embarcación utilizada, «primitiva y desvencijada». «La barca de Ceferino», como indicaba un pie de foto, serviría de símbolo de la precariedad en la que se desenvolvía, y aún se desenvuelve en parte, la investigación científica en España.
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