Cárceles vacías

23/06/2021
 Actualizado a 23/06/2021
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Son los cierres de la nada, a nadie atrapan en su interior pues quienes allí viven han entrado a tomar el sol y saldrán cuando les parezca oportuno.

Tienen las lagartijas el privilegio de ser seres libres pues son más pequeñas que las rejas que las enjaulan, la libertad se ha convertido en un ejercicio de crear sueños más estrechos que la distancia entre los barrotes que alguien construirá para encerrarlos. Cada día hay más especialistas en fabricar barrotes y seguirá siendo necesario inventar las lagartijas que los sorteen con la misma facilidad que se te escapa el agua entre las manos cuando haces con ella un cuenco para beber el agua fresca que te regalan los regueros de los montes vírgenes que todavía puedes patear en las tierras abandonadas.

El tiempo va comiendo la pintura y la función de los ventanucos con alambradas. Ya no hay dentro conejos que se quieran escapar a disfrutar del campo abierto;ya no viven del otro lado las gallinas que observan protegidas cómo el zorro busca un resquicio por el que empezar a abrir un hueco;ya no hay varales de matanza que proteger porque también va desapareciendo aquella fiesta del comer, charlar y reunirse alrededor de unos solomillos tirados directamente sobre la chapa al rojo de la cocina.

Hasta las lagartijas acabarán buscando otros soles más peligrosos.
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