'Cara de pan', de Sara Mesa

Viviendo en los márgenes

T.G.
04/11/2018
 Actualizado a 19/09/2019
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No es fácil vivir en los márgenes, esos lugares en los que las miradas que recaen sobre uno llegan de soslayo y en los que la soledad se pasea como un personaje más. En el caso de ‘Cara de pan’ el margen es el hueco de un jardín, un refugio creado entre setos donde se encuentran Casi y el Viejo, dos personajes que forjan su relación salvando los prejuicios sociales estipulados por cuestión de edad. Sara Mesa vuelve a contar la historia, como lo hizo antes en ‘Cicatriz’, para salir del lugar de confort social y colocar al lector ante situaciones que consiguen poner patas arriba lo políticamente correcto. Lo hace con la concreción de sus relatos de ‘Mala letra’, sin artificios pero con intensidad. Las complicadas relaciones familiares, el sentimiento de incomprensión de la adolescencia, los métodos educativos o el tratamiento de las enfermedades mentales son algunos aspectos de la sociedad actual que también aparecen en estas páginas donde también se habla de pájaros y de Nina Simone. Todo en tercera persona y dando voz a Casi, la adolescente de ‘casi’ 14 años que se encuentra por casualidad con un cincuentón sin que entre ellos exista nada que no sean palabras. «¿Cuándo un desconocido alcanza la categoría de potencial amigo y cuándo se queda, solamente, en potencial peligro?», se pregunta Casi. Ella, que cambia las reglas del juego que le habían impuesto para contarnos que la diferencia no es deficiencia.
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