Cantos a la resistencia

01/05/2018
 Actualizado a 18/09/2019
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No se trata del título —Cantos a la resistencia— de alguno de aquellos discos recopilatorios que hicieron furor en los últimos 70 y primeros 80 del pasado siglo bajo el título de ‘Cantos de la resistencia española’, en los que nunca faltaba Chicho Ferlosio con su ‘Gallo rojo’, ‘Ay Carmela’ o ‘Si me quieres escribir’...

No es eso. Ni mucho menos. Nada que ver.

Estos‘Cantos a la resistencia’ son más bien cantos a aquellas torres que aún resisten, contra viento y tormenta. Es cierto que de vez en cuando se derrumba una, que se gana un hueco importante en los medios de comunicación porque no es lo habitual, que despierta lamentos y palabras contundentes de que ni una más.

No ocurre con otras construcciones. No ocurre con esos castillos que sólo son unas pocas piedras tristemente alineadas. No ocurre con casonas singulares... Y es que resulta milagroso el sentimiento de titularidad que tienen los pueblos para con algo que realmente no es suyo, que muchas veces provocó incluso enfrentamientos pero, al final, se levantan en armas ante el abandono y no faltan cada año los convenios con los obispados, son sagrados.

María la de Foncebadón dibujó como nadie ese sentido de la defensa, ese canto a la resistencia. Iban a bajar las campanas del pueblo, con la bendicióny hasta la presencia del obispo, pero la buena mujer se subió a la torre, los perros se apostaron en la parte inferior y su «no nos moverán» traducido en un «no nos las llevarán» fue irreductible. Allí quedaron.

- María, que es para arreglarlas.

- A mí nadie me dijo nada.

Razón que convence.
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