Cantineros de León hechos parroquianos en Palma

El fotógrafo Alejandro Maestro, mallorquín con sangre leonesa, acaba de publicar un libro de fotografías que ha titulado ‘Parroquianos’, con imágenes sobre todo de bares de su tierra, pero también con presencia de León

Fulgencio Fernández
24/04/2022
 Actualizado a 24/04/2022
Dos de las imágenes de los parroquianos de Alejandro Maestro.
Dos de las imágenes de los parroquianos de Alejandro Maestro.
Parroquianos es el viaje del fotógrafo de Palma a los bares de su tierra. Y cuando habla de su tierra también incluye a la leonesa, la de su padre Enrique, la de sus viajes a sus raíces... «Y siendo un libro que habla de bares, más bien de los parroquianos de los bares, no podía dejar fuera a León, que no en vano la veo con frecuencia en las estadísticas de las ciudades con más bares por habitante algo que, por otra parte, compruebo cada vez que viajo hasta allí y debo decir que no me extraña nada pues la tradición esa de las tapas anima a andar todo el día por los bares a cualquiera»·.

Parroquianos’, que acaba de llegar a las librerías es, en palabras de Maestro, «un libro que retrata la extinción de las costumbres. Cuando mi padre me habla de los bares de su infancia me echa unas broncas tremendas con los bares de ahora, la música, el reggaeton... y lo entiendo, porque en los veranos de mi infancia en León recuerdo aquellos bares de los pueblos, aquellos cantineros tan singulares, recuerdo a uno llamado Isidoro. Entonces me parecía magico y ahora me resulta fascinante. Por eso decidí llevar alguno a mi libro aunque las imágenes son fundamentalmente de Palma».

Y entre los parroquianos de Palma se cuelan los cantineros de León. «Salen los de los bares de Las Ventas y el Ovidio, dos lugares cargados de historia, al menos a mí me lo parecen, la esencia de los viejos bares de ciudades como León».

Quienes aparecen en las fotografías no son solamente los dueños. «Son personas que durante años iban a esos bares diariamente. Para hacer el trabajo durante un tiempo me integré  con ellos, acudí a los mismos bares, jugué partidas de dominó, vi los partidos de fútbol y discutí de la actualidad con quien correspondiera. Algunos de los parroquianos, como Vicente, el último del libro, han fallecido durante el proceso». Para que todo tuviera un sabor más añejo, parroquiano, «las imágenes las tomé con una cámara Sinar de placas, después viene el revelado en el baño para el revelado. Al final, habiendo hecho las fotos con película las tienes que pasar a digital para plasmarlas en el libro».

- Ya no quedan parroquianos como los de antes; dice convencido este fotógrafo de sangre leonesa.
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