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Canción de hielo y fuego

02/09/2017
 Actualizado a 17/09/2019
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He empezado a tricotar un jersey de lana gordo porque en septiembre vienen los Caminantes Blancos. Este mes remata el verano, pero no estoy tejiendo porque el otoño esté en camino, sino porque las señales parecen indicar que una maldición acaba de romper el Muro y ha entrado en la provincia.

El fuego del dragón ha arrasado los bosques y animales de La Cabrera, una de nuestras zonas más hermosas y desconocidas. El ojo espacial del satélite español Deimos 1 confirma que han ardido más de 10.000 hectáreas, según asegura el profesor de la ULE Alfonso Fernández Manso, impulsor de proyectos para evitar incendios forestales como Gesfire, que usa imágenes de drones en la evaluación y prevención del fuego. Tras el incendio y una lluvia feroz, los ríos se han convertido en lodo. Los peces, desesperados, boquean y se asfixian. Los vecinos hacen sopa de agua embotellada porque las cenizas han contaminado los acuíferos.

La canción del fuego ha abrasado demasiadas cosas como para mirar hacia otro lado. Los políticos se sienten señalados y para eso están. Ahora es cuando hay que saber remontar una corriente llena de barro y ramas calcinadas. Pensar -y actuar- y plantear cortafuegos, limpieza de montes y un cambio en las injustas condiciones laborales de las brigadas forestales, los tipos que se han jugado el pellejo frente al dragón. Los Juegos de Tronos no importan.

De la canción del hielo sólo podríamos culpar al Rey de la Noche. Nadie, ni Daenerys Targaryen, hubiera podido evitar la paliza de granizo que ha recibido el Órbigo y sus plantaciones de lúpulo, maíz y alubia. Sólo podemos imaginar la desesperación de los agricultores, que piden ayuda. El aliento helado de la pasada primavera también se está notando en la vendimia en el Bierzo y ha enfriado el entusiasmo por la próxima cosecha de los frutales.

Además, sequía. El pantano de Luna expone a la nostalgia los pueblos anegados que lleva en su vientre y los regantes del Páramo se revuelven ante sus tierras deshidratadas.

A ver si acabamos de una vez con esta serie. La próxima, mejor comedia.
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