¿Campaña? ¿qué campaña?

¿Saben esa sensación de que llevas tiempo esperando que llegue una fecha y luego se te echa encima sin ser consciente de que llega? No sé si por la pandemia o porque me hago mayor, me pasa con más frecuencia. La última vez, cuando me di cuenta, faltaban 2 días para el Viernes de Dolores y yo sin preparar limonada en casa, ni planchar la túnica del Desenclavo.

No sé qué pensarán ustedes, pero yo no percibo nada de ambiente de campaña electoral, o mejor dicho, de campaña electoral municipal, porque parece que aquí todo se va a resolver en clave nacional con los votos a favor o en contra del sanchismo. Probablemente en lo que respecta a nuestra Comunidad, el no tener elecciones autonómicas influye en que no haya el ambiente de otras ocasiones, pero no hay que olvidar que, en estas elecciones, se elige más al candidato que al partido.

Por no haber, prácticamente no hay ni programas electorales a la capital de la provincia y si los hay, nadie los ha presentado ni les ha dado la más mínima publicidad, nadie dice su visión de lo que quiere para el León del futuro y se limitan a organizar actos como autómatas, no con un objetivo político, sino porque como es lo que se suele hacer, pues hay que hacerlo.

Gente con más o menos años de militancia en los partidos, pero realmente sin experiencia política, desconocedores del lenguaje político actual, que caminan en paralelo a los verdaderos intereses de los ciudadanos, forman parte de los comités de campaña de cada partido y toman decisiones en base a lo que ven que funciona en otros sitios.

¿Recuerdan aquello de que «el fin justifica los medios»? pues ahora son los medios los que parecen justificar un fin (cualquiera que sea). Nos han vendido desde las series de Netflix que las redes ponen y quitan presidentes, y ahí tienes a candidatos como el del PSOE por Villademor de la Vega mostrando su «locuacidad» o al candidato de la UPL a Ponferrada haciéndose el gracioso, intentando emular el pasado cómico de Zelenski.

Da igual que el último pueblo de León no llegue internet ni cobertura móvil, siempre habrá un youtuber frustrado en cada sede, que equipado con aro de luz y micrófono RØDE, quiera hacer al candidato de ese pueblo un canal de TikTok y le explique qué son los Reels que le harán ganar las elecciones.

Por no haber, no habrá ni debate televisado (que no deja de ser también una moda) porque el alcalde y candidato socialista, José Antonio Diez, ha dicho que anda liado con su agenda para poder confrontar sus ideas y su gestión con el resto de las formaciones políticas, demostrando poca higiene democrática. Mientras tanto, organizaciones y medios de comunicación se dedican a programar debates temáticos a lo loco, en los que no se entiende muy bien por qué invitan a unos partidos sí y otros no, no por arrojar luz sobre los programas, sino porque es la moda. Siempre el continente por encima del contenido.

O mucho me equivoco o en esta campaña ni chicha ni ‘limoná’.