Campamentos

08/07/2017
 Actualizado a 11/09/2019
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El tema de compartir nuestra vida en redes sociales se nos está yendo de las manos, ya lo he dicho muchas veces. A nosotros de las manos y a las marcas de los bolsillos. Resulta que la nueva profesión del futuro se llama Youtube y los niños ya no quieren ser Cristiano Ronaldo o Messi, sino que prefieren perfiles como El Rubius o Dulceida. Tampoco es de extrañar si nos vamos a las cifras. Las malas lenguas –o igual no tanto– aseguran que El Rubius, con más de 24 millones de suscriptores en su canal de Youtube, tiene unos ingresos mensuales de unos 330.000 euros. No está mal por poner caras y decir gilipolleces mientras juega a la videoconsola. ¿Que es un trabajo como otro cualquiera? Só. ¿Que lo suyo les costará crear los contenidos y editar los vídeos? Depende qué tipo de contenidos... pero lo que está claro es que tienen su público. Y justamente eso es lo preocupante. ¿Qué estamos fomentando? ¿Realmente hay ‘youtubers’ ahora mismo que aporten algo a la educación o valores sociales de todos los niños que les siguen? Porque cabe recordar que la mayor parte de su público son menores de edad. Esponjas que absorben todo lo que consumen, y la moda de hoy es Youtube. De hecho hay hasta campamentos de verano para niños de 10 a 18 años en los que les enseñan a crear su propio canal, a editar los videos, a dinamizarlos y a partir de los 18 a monetizar la actividad. No tengo hijos, pero probablemente jamás les llevaría a un campamento así. La falta de aire fresco puede dañar grávemente el cerebro amigos... y estamos fomentando una generación con muchos esguinces de pulgares de tanto darle a la teclita. Y no entremos en el tema de lo que compartimos y de nuestra ‘huella digital’. Ese histórico al que puede acceder cualquiera con ciertos conocimientos informáticos. Dele una pelota o una muñeca al niño y suéltelo en un parque o en una playa, pero no sigamos fomentando esa cultura antisocial de compartir tu vida con una pantalla. ¡Bienvenidos al mundo real!
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