Camino de una década perdida

Era cosa de año y medio, pero se acaban de cumplir nueve desde que los trenes de Feve dejaron de entrar hasta el centro de León. La obra de la integración se deteriora incluso antes de estrenarse y todo apunta a que no habrá noticias en septiembre de 2021

Que haya revisores y todos los viajeros paguen su billete es la única noticia positiva para una línea que no debe extinguirse
21/09/2020
 Actualizado a 21/09/2020
La historia reciente de Feve en León es la historia reciente de un despropósito. Ya se han cumplido nueve años desde que comenzaron las obras de la integración de la línea en su acceso al centro de la capital leonesa. Y todo apunta –ojalá no sea así– a que dentro de doce meses volveremos a decir algo parecido en estas mismas líneas, porque seguramente la situación no habrá cambiado y lo más probable es que los trenes-tranvía seguirán sin llegar a la estación de Padre Isla una década después. Primero fue un proyecto socialista quizá demasiado ambicioso por estar diseñado en los años en los que la crisis aún no había mostrado toda su virulencia (con ramales de tranvía al Hospital y al campus de la Universidad de León). Luego –ya con el PP en el Gobierno– vinieron los recortes, que se tradujeron en la supresión de los citados ramales y en la electrificación del trazado. También ha habido problemas con la adquisición de los trenes-tranvía y con la normativa que debe regular su uso y que –dos años después de que el Gobierno de Sánchez dijese que se estaba ultimándose– sigue sin estar lista. Y mientras, el paseo peatonal paralelo a la línea envejece y se deteriora dos años y medio después del final de unas obras que no han sido recibidas por Adif a la espera de urbanizar algún día el sector de la estación. Suerte que quedan unas líneas para algo positivo. Al menos ahora hay revisores para que todos los viajeros de Feve paguen su billete, figuren en la estadística e intenten que nadie se atreva a dejar morir la línea.
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