Caminando por la Costa de la Muerte

Una ruta al lado del mar visitando varias playas donde naufragaron numerosos navíos

Vicente García
28/08/2020
 Actualizado a 28/08/2020
Panorámica de la playa de Soesto. | VICENTE GARCÍA
Panorámica de la playa de Soesto. | VICENTE GARCÍA
La costa de la Muerte es una región costera de la comunidad gallega con acantilados asombrosos donde se cría el percebe, playas inmensas,  arrecifes y pequeños islotes en todas partes del litoral. Eso, unido a las fuertes tempestades del mar embravecido que se dan por estas tierras, ha producido a lo largo de los siglos multitud de naufragios con sus secuelas de muerte y desdicha, parte de ellos ingleses, a quienes hay dedicado un cementerio en la cala donde naufragó un navío muriendo casi todos sus tripulantes.

Sin embargo es una costa hermosa y sencilla de recorrer. Las distintas administraciones han diseñado y señalizado rutas a lo largo de todo el litoral, como ocurre con las rutas costeras asturianas que también han aparecido en estas páginas.

La ruta está denominada PR-G 114 y su recorrido lineal es de 7,5 kilómetros, por lo que ida y vuelta se convierten en 15. Si se dispone de logística adecuada se puede hacer solamente el tramo de ida, aunque si no, hay que regresar al punto de partida por el mismo camino. Hay un pequeño atajo subiendo a la collada del Castrallón para bajar a la playa de Soesto.

La ruta

Para iniciar la ruta es preciso acercarse a la localidad de Laxe, cerca de su puerto, donde es posible aparcar mejor que en las cercanías de la playa. Desde allí se debe ir por el paseo marítimo hasta encontrar la iglesia a la que se sube por una rampa, se cruza y se sale hacia una calle en la que se encuentran señalizadas la ruta del faro y la de la de la costa. Es necesario tomar esta última y subir siguiendo las marcas hacia la capilla de Santa Rosa, aunque también se puede ir por otra calle que sube directamente al alto del Castro dejando a la derecha el petón del Castro, un  montículo rocoso donde suelen ascender muchos paseantes. Pasado el alto se baja a la playa de Soesto, un arenal magnífico, pero con mar muy embravecida, ideal para los surfistas y nada recomendado a los bañistas. Hay un merendero con mesas y barbacoas y un excelente aparcamiento para caravanas. La ruta sigue por una plataforma de madera para proteger las dunas y evitar que los paseantes se internen en ellas y las destrocen. Tras una larga caminata por la plataforma se sale a un camino entre las rocas en el que en algunos tramos se ve la huella de las ruedas de los carros en algunas de sus losas. Hacia el mar deja de haber arena para convertirse en acantilado desde donde los cormoranes otean a sus presas, y multitud de islotes minúsculos que hacen de esta costa un quebradero de cabeza para los navegantes.

Continúa la senda bordeando el mar hacia la Punta de Catasol, un saliente con islote al fondo y poco después se va avistando la zona más al sur con una serie de playas que a veces son de piedras, a veces de fina arena y furnas rocosas con fuertes acantilados. Tras pasar por la playa del Castrallón, de piedras, se llega a una pequeña cala de arena, la playa de Arnado con dos casitas de guardar aperos al lado del camino, que a partir de la primera playa se convierte en pista transitable. En esta playa se pueden encontrar surfistas o buceadores con sus furgonetas. La ruta sigue próxima a la zona de arboleda con pinares a la izquierda, primero y tras pasar la furna de la Masadoira se interna entre los pinares hasta llegar al área recreativa de la Atalaya, desde se abandona la pista y el camino comienza a descender hacia la playa, siguiendo recto en un desvío para llegar poco después a la arena y comenzar el largo recorrido de la playa de Traba, una playa muy larga y violenta, apta solamente para surfistas que abundan con sus furgonetas en el verano, mientras que para el baño casi siempre se puede encontrar la bandera roja. Sin embargo hay una laguna para que quien desee el baño lo haga sin peligro, aunque poco cubre.

La ruta se interna en la zona de la laguna donde existe una plataforma de madera muy bien acondicionada, que va al lado del arroyo y llega al final a un mirador para ver la avifauna que puebla la laguna. En esta zona hay carteles indicativos que señalizan la laguna y el mirador.

Para regresar se vuelve por el mismo camino, aunque pasando la playa de Arnado se puede tomar un camino a la derecha que sube hacia el alto del Castrellón y baja hacia la plataforma de Soesto, con bastante arena y una vez que se llega allí se vuelve por el mismo recorrido hasta el puerto de Laxe donde finaliza la ruta.
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