Cambios desde las aulas

Siempre se ha dicho que los más pequeños son como esponjas que absorben todo aquello que se les enseña y lo interiorizan con suma facilidad. Por eso quizá muchos de ellos son infinitamente más hábiles que la mayoría de los adultos en el manejo de los dispositivos tecnológicos, porque han nacido con ellos y aprenden a utilizarlos igual que a hablar o a caminar. Esa capacidad de adaptación hace que las aulas sean el lugar idóneo para empezar a sembrar los cambios en la sociedad. No sería de extrañar que los niños se adapten a las medidas de seguridad que se van a encontrar mañana en sus colegios mucho mejor de lo que lo hemos hecho los adultos durante estos meses en nuestros puestos de trabajo o en nuestro tiempo de ocio desde que finalizó el confinamiento.

Por eso es acertado también introducir en las aulas cuestiones fundamentales como el reciclaje, la seguridad vial o la movilidad sostenible, porque los más pequeños van a interiorizar su importancia sin el rechazo que los cambios en nuestra vida diaria generan en gran parte de la sociedad. Quizá se estén invirtiendo cada vez más los papeles y son los niños los que enseñan a los adultos y no al revés. Y todo porque la vida siempre es cambio y en adaptarse nos ganan por goleada. Es por eso que si queremos que nuestro país cambie, el mejor punto de arranque son las aulas.