Calefacción: ¿Es mejor apagarla si no estamos en casa o dejarla al mínimo?

Desde el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (Idae) dan una serie de recomendaciones para ganar en eficiencia y, de paso, ahorrar el en recibo

L.N.C.
23/01/2020
 Actualizado a 23/01/2020
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Con el frío del mes de enero volvemos a hacernos la pregunta de siempre: ¿es más económico apagar la calefacción al salir de casa o es mejor dejarla encendida al mínimo? Aunque pensemos que ahorramos al mantener una temperatura estable para evitar el pico de gasto que se produce al volver a encender el sistema, desde el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (Idae) aconsejan «ajustar el encendido de la calefacción al horario real de ocupación de la vivienda» para ganar en eficiencia y de paso ahorrar en el recibo de luz o de gas. En Idae también recomiendan dejarla apagada por la noche, ya que al estar acostados y arropados con 15-17 grados es suficiente. «Como norma, apagar por la noche y encender unos minutos al levantarse, es mucho mas eficiente que dejarla encendida toda la noche», tal y como se indica en el portal de este organismo dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, informa ABC

Por su parte, los expertos de Sto, empresa especialista en aislamientos térmicos, también coinciden en que es más eficiente apagar los sistemas de calefacción que dejarla encendida al mínimo. «Mantener una temperatura fija -por ejemplo, 20ºC- precisa de un aporte continuo de energía por las pérdidas de calor que se producen en muros, techos ventanas o puertas, y que hay que compensar», indican. Además, para evitar estas fugas, desde Sto aseguran que las mejores son las ventanas con rotura de puente térmico y vidrio doble con cámara de aire intermedia. Si no queremos hacer reformas en casa, siempre se puede recurrir al aislamiento manual mediante la instalación de unos simples burletes en ventanas y puertas.

En el caso de viviendas sin un buen aislamiento térmico, se puede recurrir a dejar la calefacción al mínimo siempre y cuando se esté dispuesto a consumir más energía con el objetivo de obtener un mayor confort. «Para evitar que en viviendas frías caiga en exceso la temperatura, se puede programar el termostato a una temperatura de consigna baja -17 o 18 grados centígrados- para encontrarla caldeada al llegar a casa», puntualiza el director de Producción de Remica, Carlos Braojos.

Otra opción intermedia puede consistir en apagar la calefacción al salir de casa, pero en dejarla programada para que se encienda antes de llegar a la vivienda. Así, se puede recurrir a utilizar un termostato para que el sistema se ponga a funcionar a una hora determinada, una medida que pueden conllevar un ahorro de un 8-13% del gasto total. En el caso de hogares con sistemas de regulación inteligentes se puede programar el encendido a distancia mediante una aplicación del móvil. «Es un sistema muy preciso que permite aumentar el confort térmico y, además, controlar el consumo energético con una mayor precisión», añaden desde Remica.

Distribuir bien el calor

Mientras estemos en casa, en Idae aseguran que la temperatura ideal debe rondar los 20 o 21 grados y añaden que se debe utilizar ropa de abrigo, bajar las persianas y correr las cortinas por la noche para no se fugue el calor. Hay que estar también atentos a la forma en que se redistribuye el calor dentro del hogar. En este sentido, los expertos de Lucera apuestan por usar la calefacción solo en las habitaciones o espacios que se utilicen a diario para evitar un derroche innecesario de energía. También creen que es mejor retrasar el encendido y recuerdan que muchas veces la primera reacción al frío suele ser encender la calefacción cuando, a veces, basta con abrigarse un poco más.

Además, no todas las habitaciones necesitan el mismo gasto, ya que hay espacios, como la cocina, donde los radiadores pueden estar más bajos. «En las habitaciones de uso común, como por ejemplo el salón, es necesario mantener un confort térmico adecuado. En la cocina, la necesidad de calor será menor ya que algunos electrodomésticos ya producen calor por sí mismos», aclara el director de Producción de Remica.

Para cerrar el círculo del ahorro, se pueden poner en marcha otros trucos como purgar los radiadores antes de encender el sistema; utilizar elementos de decoración que retengan el calor, como alfombras; cambiar a una caldera de biomasa, con un combustible más barato y ecológico; entre otras medidas. Por último, resulta imprescindible comparar tarifas y elegir la compañía cuyo servicio mejor se adapte a nuestras necesidades. Desde Rastreator recomiendan estar atentos a si ofrecen energía renovable, cómo se abona el pago del recibo, la permanencia o no del contrato y por último, valorar si compensan una tarifa de discriminación horaria.
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