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Calabaza, yo te llevo en el corazón

09/05/2023
 Actualizado a 09/05/2023
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Últimamente las campañas electorales tienen algo de ‘amanecistas’ (relativo a la película de culto de José Luis Cuerda: ‘Amanece que no es poco’) y no sólo porque las candidatas y candidatos unos días huelen bien y otros van en bici sino también por el surrealismo del guion que vertebra su discurrir por nuestras vidas. Desde elegibles reivindicando en cueros la independencia de León (y lo que es peor amenazando con desnudos integrales) hasta jefas de protocolo como matones a (buen)sueldo empujando a Ministros del Gobierno. En esta tesitura la, cada vez mayor, desafección de la ciudadanía por la política, aunque entendible, es preocupante. Es paradójico pensar que la palabra política se originó en los tiempos en que los griegos estaban organizados en ciudades estado, llamadas polis, nombre del cual se derivaron palabras como politiké ‘política en general’ y politikós «de los ciudadanos», «perteneciente a los ciudadanos». El concepto de política es tan esencial que no debería ser un asunto de división en una sociedad abierta y plural. En realidad, ha sido la carencia de la política lo que ha ocasionado guerras, golpes de Estado y magnicidios. Vivimos en la era de la desinformación dirigida con ánimo de manipular la opinión utilizando el monstruoso Big Data que generamos, en muchas ocasiones sin conocimiento, con el sinfín de intercambios de datos a base de stories, likes, bizums y demás imprescindibles de la vida moderna. Todo lo que capta nuestra atención, se convierte en comentado y en #TrendingTopic es bienvenido, y lo siguiente que hay que preguntarse es ¿Qué capta nuestra atención?, ¿Las evidencias del cambio climático como el calentamiento global, la escasez de agua, la desertización de los territorios y los fenómenos climatológicos extremos? o ¿Las broncas entre políticos twitteros, los desnudos preelectorales o la ingeniería genética y los vientres de alquiler al servicio de una señora adinerada deprimida? Las mentiras que fomentan teorías de la conspiración están a la orden del día y tienen terribles consecuencias, Estrella Gutiérrez, portavoz de la AEMET, en una entrevista que publica el diario.es denuncia insultos y amenazas a los meteorólogos de la agencia, «Nunca habíamos recibido estos insultos, ya nos llegan hasta por teléfono», asegura que nunca se habían encontrado lo que están viviendo, acoso, insultos y hasta amenazas de muerte simplemente por hacer su trabajo, pero sigue defendiendo el rigor: «Obviamente el cambio climático es una realidad». Sin embargo proliferan entre los que quieren representarnos aquellos que prometen no aplicar las zonas de bajas emisiones en las ciudades a pesar de ser obligatorias o crear regadíos en uno de los ecosistemas más importantes de Europa, como es Doñana, a sabiendas que no habrá agua para ello, o la caza del lobo ibérico siendo su protección un camino que no tiene vuelta atrás, pero lo prometen porque vende y vende porque se compra. Y así la política se aleja de su etimología «de los ciudadanos», y los ciudadanos se alejan de la política comoel arte de ejercer el poder público, de gobernar o de ocuparse de los asuntos públicos. Hace años, alucinada por los resultados electorales de un Berlusconi en lo alto de la ola de corrupción, populismo antidemocrático y machismo que lo transportaba, leí una entrevista al, en aquel entonces, primer ministro italiano y dijo algo que nunca he olvidado: «gano porque soy como la mayoría de italianos quieren ser». Debemos cuidarnos de a quien queremos parecernos y de paso, queridos amanecistas, durante la campaña electoral las rogativas son más necesarias que nunca: «Danos santos del cielo una visión global bastante aproximada». «¿Os acordáis del año que nos mandaron los santos conformidad?», «¡Toma que si me acuerdo! Como que nos quedamos todos que lo mismo nos daba un so que un arre». Candidatos, dad ejemplo como esa calabaza que pudiendo estar la mesa de ricos y poderosos prefiere el bancal de un pobre viejo… Calabaza, yo te llevo en el corazón.
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