Café, copa y puro

01/12/2015
 Actualizado a 12/09/2019
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Recuerdo cuando en el sorteo de Copa tras eliminar al Lugo nos tocó en suerte el Eibar la afición estaba algo desencantada. No es el Eibar un equipo con pegada mediática. El lado positivo del emparejamiento era que la sensación es que se podía pasar. Dos equipos igualados en potencial, aunque uno en primera división, pero bastante parejos. Y además en la Copa no se suelen usar los titulares, por lo que la eliminatoria se igualaba si cabe un poco más, porque vengo diciendo y en verdad lo creo que la Deportiva tiene la mejor 'segunda unidad' de toda segunda división. Es más creo que si la Liga se jugara con suplentes ascendíamos con facilidad. Con estos suplentes, he de añadir.

Ahora la pregunta de muchos es: ¿Por qué estos son suplentes? Para mí la respuesta es muy sencilla: Porque lo dice el entrenador. Me gustará más o menos, pero es así. Y seguramente el míster esté equivocado, pero de momento, no nos ha ido mal. Pero si entramos a profundizar hay causas que nos pueden llevar a la conclusión de ese por qué. Voy a poner algunos ejemplos. Basha. El partido del albanés ayer es para enmarcar. En las escuelas de mediocentros lo deberían enseñar. Sí, el de ayer, porque si enseñamos el del Nàstic cuando salió 25 minutos es para que lo deporten al gulag más perdido de la Siberia más profunda lo encierren y tiren la llave. Siguiente caso, Djordjevic. Que podría ser aplicable por ejemplo a Jebor. El jugador apenas ha entrado en dinámica. Se le ha visto, porque eso se ve, la calidad que atesora en los pocos ratos que ha jugado, pero eso no quita que cada dos semanas se haya tenido que ir convocado. Ahora con el parón de las selecciones, que no vuelven hasta marzo hay tiempo para meterle en el equipo. Y entrará. Ya lo dijo Manolo en la rueda de prensa después del Leganés. Para Willi se aplica el mismo baremo. Y también uno parecido a Khomchenovskyy, aunque el ucraniano sí entró en el equipo algunas jornadas, pero entre su falta de adaptación, que no le daban un balón y que el equipo no jugaba a nada, sus malas actuaciones le llevaron al banquillo irremediablemente. Ayer sin estar al 100% en mi opinión, fue un espectáculo. Intermitente quizá, pero a mi, si las pone así, me vale perfectamente.

Dicho todo lo anterior, que está muy bien a mi me gustó muchísimo el equipo. Mucho más que en toda la temporada. Lógicamente jugadores distintos te permiten jugar a cosas distintas, pero si me preguntáis a mi me gusta mucho más lo de anoche que a lo que jugamos normalmente. Pero si ganamos, yo no me quejo. Soy resultadista. Este fútbol de ayer, rápido, de presión, de robo y salida fulgurante es imposible de realizar con Yuri, Berrocal, Acorán y Antón. Primero, porque salvo Berrocal, ninguno de los otros tres presionan, por lo que no se pueden adelantar tanto las líneas. Segundo, porque Antón es un jugador más de retener el balón que de jugarlo rápido. Más Isco que James, para entendernos. Y Acorán, aunque es veloz, no es un jugador de carrera larga, aunque en momentos puntuales pueda lanzar con efectividad una contra, pero, como norma general, siempre pide el balón al pie y no al espacio como Caiado, Djordjevic o Dima. Como digo, a mi me gusta más este fútbol, pero no soy tan pretencioso como para creer que sé más que el entrenador y decir que deberíamos jugar siempre así, ni tampoco un iluso, porque si juegas así, revientas a los jugadores a mitad de campeonato.

Lo bueno es que este año hay versatilidad y que no hay ningún jugador relegable a la grada por decreto. Me falta hablar de Dinu. Sus últimas actuaciones están siendo más que meritorias y que como portero me gusta más que Santamaría. Si pule los errores que tiene, que no son muchos, para mi es mucho mejor portero que el navarro. Fue un partido perfecto con un resultado perfecto. Ahora hay que ir a Ipurúa y saber manejarlo, porque ellos van a poner toda la artillería, pero mientras tanto, este partido nos deja un gran sabor de boca de cara al encuentro del domingo frente a Osasuna. Esperemos que la digestión dominguera sea tan placentera como el café que nos tomamos para combatir el fresco, este partido de Copa y el puro (real o ficticio) que te fumas tras ver a tu equipo ganar con contundencia y merecimiento.
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