Cae al suelo la pieza del siglo XI de la lapidación de San Esteban en Corullón

La piedra no ha sufrido daños y ahora se conserva dentro de la iglesia /La asociación Amigos de Corullón la ha recogido y la prepara para exponerla dentro del templo

M.I.
14/05/2019
 Actualizado a 19/09/2019
La pieza tiene un valor incalculable y ha sido ampliamente estudiada. | L.N.C.
La pieza tiene un valor incalculable y ha sido ampliamente estudiada. | L.N.C.
La imagen histórica de la lapidación de San Esteban, presumiblemente del siglo XI, siglo en el que se acabó de construirel primer templo de San Esteban en Corullón, se cayó de la portada de la casa rectoral donde había sido colocada, aunque, al parecer, no formaba parte de la misma sino que estaba pegada allí, tal vez porque la desamortización jugó con su destino hasta hacerla ‘piedra laica’. Tras la caída que, según el regidor de la localidad, Luis Alberto Arias, no supuso desperfectos para la pieza, ahora una de las dos agrupaciones vecinales, en este caso Amigos de Corullón, ha decidido guardarla en el templo para proceder a exponerla, tras mejorarla y buscar una manera de hacerlo, tal vez desde una urna, con el fin de controlar que no sufra desperfectos.

Pese a que los vecinos se habían alarmado por la caída de la pieza, de gran valor, el regidor aseguró que fue un accidente fortuito que solo ha supuesto que ahora se ponga en valor esa pieza. Según un informe de Patrimonio de Castilla y León, elaborado por Javier Rivera, la pieza se encontraba en la antigua casa rectoral, cercana a la iglesia, «es una pieza de mármol blanco (de 35 cms. de alto) con un relieve parcial con la escena de la lapidación de San Esteban, en cuyo nimbo consta la inscripción: ‘SCI.STEFANUS PRI’, coetáneo de lo primitivo del templo y de los mismos escultores», apunta.

La iglesia de San Esteban de Corullón es uno de sus grandes tesoros patrimoniales y cuenta en el muro norte de la torre con la lápida fundacional, de mármol gris, en la que cuenta su historia. Narra que el obispo de Astorga, don Osmundo, consagró el templo a San Esteban en concreto el 16 de diciembre de 1086 por medio de Pedro Muñoz. Pasados siete años lo derribó y en otros tantos, desde 1093 a 1100 procedió a edificar el actual templo, incluidos los cimientos, es decir, desde la base.

Más tarde, ya en el siglo XVII el edificio fue expuesto a grandes reformas «posiblemente por problemas de estabilidad, pues se destruyó el ábside que sería semicircular con bóveda de horno y también la bóveda de cañón de la nave, ésta denunciada por la conservación de los estribos y el arranque de dos arcos perpiaños». Se procedió entonces a levantar un nuevo presbiterio y, por su lado norte, la sacristía.

Se trata de un edificio de atractivo sencillo «presenta gran austeridad constructiva por el uso de sillarejo y lajas de pizarra para los muros y granito para los elementos nobles». Cuenta con una torre-pórtico a los pies, que cobija una puerta en la zona occidental, con acceso por arcos de medio. Algunas de las ventanas del templo están cegadas desde el interior y en frente tiene una vivienda, que en la actualidad está ocupada por la Asociación San Esteban, en honor al patrón de la iglesia.

La puerta de entrada, a la que se llega por otra puerta de forja y que da acceso también a un jardín que circunda la iglesia, es contemporánea y tiene un estilo que, según los historiadores, recuerda a la de las Platerías de Santiago de Compostela, que data del siglo XII.Cuenta con «arquivoltas de medio punto decoradas con orlas de billetes, cimacios con palmetas, fustes -uno de ellos retorcido con estrías con capiteles de hojas, con hombres desnudos tocando trompas, aves afrontadas; tímpano sobre modillones con cabezas de león sobre lóbulos convexos, todo relacionado con el edificio gallego y la escuela local»,explica el estudio de Patrimonio.

El edificio cuenta con una única nave muy ancha, casi de seis metros, que se dividió en tres tramos. Cuenta además con otra puerta en el lado sur «de gran riqueza figurativa es el alero con numerosos modillones con temas obscenos y morales, del bestiario, figuras humanas». La riqueza de la pieza caída, enmarcada en ese contexto, hizo que los vecinos se alarmaran por la falta de cuidados de la misma, por lo que ahora se harán cargo de ella con el fin de que el suceso no se repita.
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