Cada Virgen de Valderas, de vuelta a su altar

Ya está cada Virgen de Valderas en su altar correspondiente. La Pastorcica, en la ermita del Oteruelo, y la Virgen del Rosario, en la Iglesia de Santa María del Azogue. Y para restablecer el orden normal de la ubicación de ambas tallas, nada mejor que una romería. Por eso Valderas volvió este lunes a estar de fiesta con su Romería del Pan y el Queso, una celebración declarada de Interés Turístico Provincial que tiene lugar cada lunes después de Pentecostés.

Después de que el 3 de mayo intercambiasen -con otra romería, por supuesto- las vírgenes, este lunes tocó volver hasta la ermita del Oteruelo para disfrutar de una tarde que transcurrió entre amigos que aprovecharon la ocasión para encontrarse entorno al pan y el queso, productos típicos de una jornada a la que han puesto hasta el nombre. Y con un alimento tan propio de pastores, que fueron los que antaño dieron vida a la fiesta, no faltaron unos ‘chatos’ de vino para pasar el trago y animar el ambiente, a lo que también contribuyó la música y, por supuesto, el afán de los vecinos de Valderas por volver cada año al Oteruelo para cumplir con la tradición de devolver después de Pentecostés cada Virgen a su altar.