Cada vez más cautos al volante

El tráfico siempre genera debate, como ocurre con el fútbol. Todo el mundo entiende y todo el mundo tiene una teoría de lo que se debería y no se debería hacer para garantizar la seguridad vial. Uno de los discursos más recurrentes es el de que las multas no tienen otro afán que el recaudatorio. Aunque pueda llegar a ser cierto en algunas campañas o en algunas medidas puntuales, la verdad es que los datos hablan por sí solos y la Dirección General de Tráfico pone cada vez menos multas en la provincia –no así en el conjunto de la comunidad– y por lo tanto recauda menos dinero. En cuanto a este último aspecto, los últimos datos son de octubre de 2017, pero ya reflejaban que los ingresos eran la mitad de los de cinco años antes. De ello se pueden sacar muy diversas conclusiones. Campañas como se han hecho en la ciudad de León de anunciar dónde van a estar situados los radares o el tiempo que queda para que se cierren los semáforos que cuentan con un dispositivo para multar a los que se los saltan dejan con pocos argumentos a los del discurso del afán recaudatorio. En cambio, que la recaudación haya caído se puede entender como que, desgraciadamente, la sanción económica sigue siendo la más eficaz, la única que consigue cambiar verdaderamente determinados hábitos del conductor que pueden llegar a resultar muy peligrosos. La responsabilidad en un tema tan delicado tiene que ser compartida por todos los actores.