La teniente de alcalde, Maika González, que compareció disculpando al regidor, Sergio Álvarez, que está de vacaciones, considera que es sorprendente que la Consejería de Presidencia haya seguido adelante con este procedimiento contencioso, cuando por delante está una denuncia penal sin resolver que fue la que hizo que el interventor fuera relevado de su puesto en un primer momento. Recuerda que en agosto de 2015 el interventor protagonizó una agresión hacia el alcalde actual por lo que fue destituido temporalmente y denunciado penalmente, caso aún sin sentencia.
El tripartito acusa al PP de no haber condenado la agresión que protagonizó el interventor contra el alcaldeGonzález considera que se debería esperar a la resolución de ese caso antes de solicitar su reincorporación, pero, además, abunda que en el momento en el que se pidió que el interventor volviera a su puesto, la mutua laboral no lo dio por apto, ya que no había pasado los controles preceptivos «por lo que no se le dio de alta por estar bien», dice González. En esa situación, el alcalde decidió no atender a la readmisión solicitada por la Consejería de Presidencia «por la seguridad de sus trabajadores», algo que González asegura que está dentro del articulado de la ley de seguridad en el trabajo y que la Junta «se ha saltado», critica. Pero, además, asegura que en febrero de 2016, el interventor en cuestión cesó en su puesto y solicitó la plaza del Ayuntamiento de Fabero, donde es titular desde entonces.
Mientras, una interventora interina ha ocupado su puesto en Cacabelos «de manera encomiable» defiende González, aunque la sentencia del Contencioso también pide que todos los procedimientos en los que ella haya tenido intervención durante los 20 meses en los que trabaja en el Consistorio deberían ser anulados. González considera que ese cumplimiento además «es imposible» porque muchas de esas decisiones han desencadenado actuaciones ya realizadas.
El puesto de la interventora debería sacarse a concurso, por tanto, aunque, abunda la concejala de IU, Susana Vila, que se siguió el procedimiento que estableció la Junta para contratarla. Ahora suponen que deberá ser la misma administración regional la que saque a concurso esa plaza para contratar a un titular definitivo.
El equipo de Gobierno acusa a la Junta, que es la que protagoniza la denuncia, de «dejarse arrastrar» por el portavoz del PP, Adolfo Canedo, que no ha cesado de denunciar cada decisión adoptada por la interventora interina «y todos los casos han sido sobreseídos», dice González. Lamenta que la oposición del PP «sea destructiva y no constructiva» y se base en la entrada constante en los juzgados «denunciando cada cosa que hacemos, sea lo que sea».
Además, acusan al PP de haber seguido una línea de gasto en juicios «que no llevan a ningún sitio». La concejala de IU asegura que el PP gastó 472.000 en juicios de 2011 a 2015, cuando gobernaba, una deuda «que ha tenido que pagar el pueblo». Por eso piden «paz para seguir trabajando en lo importante» y que el PP cese en su postura de constantes denuncias «porque es una vergüenza que tengamos que estar saliendo desmintiendo lo que dicen cada poco». González considera que el PP tiene intereses en la recuperación del interventor que ya al inicio del mandato no tenía buen trato con los concejales entrantes, algo que no llegaron a denunciar.
Defensa ante una agresión
González criticó además la postura del PP en el momento en el que el alcalde fue agredido por el interventor «no condenaron esa agresión», una postura que contrapone a la que tuvo la corporación cuando el anterior alcalde, Adolfo Canedo, declaró un episodio parecido en su mandato. Recuerda González que el regidor tuvo un encontronazo con un vecino por la noche y, al día siguiente convocó al pleno para pedirles que condenaron los actos contra un mandatario del municipio, algo que hicieron. Por eso lamenta la postura de constante hostigamiento por parte del PP a la política que el tripartito realiza «su fin solo es recuperar la Alcaldía sea como sea”», dice la teniente alcalde. Le pide «que se deje de mirar al ombligo» y vuelva la vista a la ciudadanía.