Cables vacíos

Hoy, es como si fuera ese día antes de llenar las urnas de votos, un tedioso presente esperando un futuro incierto, sentado observo el cristal de la ventana golpeado por las gotas secas de la lluvia primaveral, los cables amanecen vacíos de gorriones, vacíos de vida. El sol descansa sobre el verde inquieto de un abril revolucionario y su luz se refleja en el fondo del pozo de una tristeza eterna. Hoy es como si fuera ese día de reflexión, absorto e inquieto, observando a lo lejos un fondo sin pantalla, nada se mueve a excepción de la nube que pasa a gran velocidad, como la estela que dejan tras de sí los pájaros metálicos.

Quién ganará, la ilusión y la sensatez me dice que tiene que ser ese bloque que se ponga al frente para defender los servicios públicos, como garantes del buen funcionamiento del Estado y poder combatir sin tregua al neoliberalismo como pensamiento único. El bloque que deseo que gane tiene que tener el compromiso de recomponer los destrozos ocasionados en estos años de crisis, salvando y rescatando un sistema bancario a base de miles de millones de dinero público.

Los servicios públicos no son empresas privadas que especulen para optimizar beneficios, más bien su éxito radica en dar a la ciudadanía seguridad, bienestar social y una más que decente calidad de vida. Necesitamos que las urnas rebosen de votos como margaritas florecen en los campos, para proteger a la clase trabajadora, derogando las reformas laborales y la de las pensiones públicas, mejorando e incrementando los recursos en sanidad, educación, vivienda… El nuevo Gobierno tiene que asegurar una ley de igualdad de oportunidades y de trato, derogando de manera urgente la ley mordaza para dar calidad a nuestra democracia para que respire libertad.

Son tantas cosas, que hoy es como si fuera ese día de reflexión, como si te cayese un año más, esperando esa madurez, que te haga ver más allá de banderas al viento con el miedo por montera. Todas y todos luchemos para que lo público sea nuestra Patria.