"Busco siempre hacer cosas que cuenten algo y muevan al espectador"

En la vida de Mercedes Saiz el amparo del escenario resulta fundamental. Su biografía así lo delata. Entregada a su vocación teatral a través de una labor que combina el proceso creativo (como actriz en compañías como Corsario o Cántarida, entre otras, y como directora en Trejoviana Teatro y Kikodín) con el docente a través de ese ambicioso proyecto formativo que es Aula T de Teatro, la leonesa ha ido sumando instantes y más instantes que certifican su trayectoria y la estrechan aún más al hecho escénico.

Trejoviana Teatro ha dado gloria al teatro leonés a lo largo de los últimos años y dos de sus montajes, ‘Dos perlas de Tennessee’ y‘Tartufo’, así lo testimonian al atesorar numerosas representaciones y un buen puñado de premios. Hay mucho de familia en este grupo. Una gran familia sobre la que Mercedes extiende su manto matriarcal. "Sólo tengo palabras de agradecimiento para ellos (en alusión a los componentes de la compañía). Su confianza en mí ha sido siempre entusiasta y total", asegura la teatrera leonesa, a punto de hacer una nueva muesca a su historial teatral, el estreno de ‘Los Treinta’, una producción de Trejoviana que le ha permitido alternar los oficios de autora y directora y que supone un nuevo punto de inflexión en la exitosa andadura del grupo. "Busco siempre hacer cosas que cuenten algo y muevan al espectador", asegura.

Lo importante es contar cosas y arriesgarse; si sale bien nos alegraremos. Se trata de disfrutar del teatro en toda su dimensión ‘Los Treinta’, montaje al que ha dedicado sus esfuerzos durante el último año, que se estrena hoy en El Albéitar (21 horas, 6 euros) y que volverá a repetir función el próximo sábado (también a las 21 horas), es reflejo de la influencia que desprenden en Mercedes Saiz autores como Enrique Buenaventura, Brecht, Machado, Miguel Hernández, Baudelaire, Masters y Rimbaud (algunos de cuyos textos se asientan en la función) y no disimula su vigencia al abordar asuntos tales como la desigualdad social, la miseria, la desesperación o el ejercicio del poder de forma abusiva. "Cuando acaben de ver esta obra, me gustaría que pensaran... en lo que han visto sus ojos, en lo que han escuchado sus oídos y por último, en los sentimientos que les produce respirar en el aire, la miseria. En definitiva, la desigualdad entre pobres y ricos", ha escrito Mercedes Saiz para el programa de mano de la pieza a propósito de sus motivaciones . "El poder golpea con su báculo y no tiene consideración ninguna por el ser humano. Los personajes, no tienen nada más que sus recuerdos. Están sucios, pasan frío, hambre, se maltratan... y están desahuciados por la sociedad".

"Sin sentimientos, sin humanidad y si solo nos movemos por instinto, acabaremos siendo fieras, alimañas sin compasión. El más fuerte, el que más tenga, aunque solo sea una olla de comida, tendrá el poder. ¿Dónde está la libertad?". Y para ahondar en temas tan graves, ‘Los Treinta’ describe las relaciones que se establecen entre una vieja, con un hijo ciego, y varios mendigos a los que acaba esclavizando a cambio de un plato de comida y unas pocas monedas.

El repertorio de Trejoviana Teatro sólo había contado hasta ahora con la firma de autores consagrados. Tennessee Williams, Molière. Nunca se había enredado en la elaboración y composición de un texto nacido de su propia entraña. Mercedes Saiz conoce de sobra la exigencia a la que se ve abocado el dramaturgo al no ser la primera vez que obra como tal. Sin embargo, ‘Los Treinta’ supone una nueva responsabilidad para la compañía, algo que desde su seno no se rehúye. "Sabemos lo que implica un reto así, pero nos gusta afrontarlo. Lo importante es contar cosas y arriesgarse. Si nos equivocamos, nos levantaremos; si sale bien, nos alegraremos. Queremos disfrutar del teatro en toda su dimensión. Lo que nadie podrá reprocharnos es que no le pusimos toda el alma". Lo cierto es que Mercedes ha acabado satisfecha con el resultado, "conseguir lo que uno tiene en la cabeza es siempre fantástico", y ahora sólo le cabe someterse al juicio del espectador. "Podrá gustar o no, eso ya no depende de mí, pero puedo asegurar que ha sido muy agradable hacerlo, dentro de la exigencia y la dureza a la que obligaba".

Mercedes Sáiz ha escrito un montaje que habla sobre la desigualdad social, la miseria y el ejercicio abusivo del poder La puesta en escena de ‘Los Treinta’ se guía por la labor actoral, seña de identidad indiscutible de Trejoviana Teatro. Hay entre Mercedes y sus actores un clima absoluto de confianza que salvaguarda todo el proceso de creación y al cual todos ellos hacen contribuciones esenciales. "Se tiran a la piscina si se lo pido, y eso lo hace todo más sencillo», enfatiza acerca del alto grado de implicación del elenco, formado por Ana Fernández, Ruth Oblanca, Javier Pérez y Ana Casado. Son habituales de Trejoviana. Forman parte de ese equipo estable que ha avalado la continuidad del grupo y dado solidez a su trayectoria y que nuevamente ha sumado talentos para solidificar y concretar esta nueva propuesta. "Son muchos los elementos de trabajo que hemos abordado. No hay que olvidar que se citan numerosas emociones, bajezas humanas, toda clase de sensibilidades... y ellos han confiado ciegamente en mí y en el resto". Ahí están sus trabajos para dar testimonio de un espectáculo, ‘Los Treinta’, que confirma la intensidad y la energía emocionales que sirven de señal al estilo que ha ido acuñando Trejoviana al cabo del tiempo. A Mercedes le encantaría estar sobre el escenario. Es algo que añora, que anhela. Pero de momento la cosa no puede ser y por eso transforma a sus actores en apéndices de sí misma para consumar tal deseo. "Siempre he entendido el trabajo con los actores como algo realmente exigente. Así me lo transmitieron y así lo hago yo. La actuación obliga a muchos cuidados y eso es lo que siempre he procurado». ‘Los Treinta’, aunque motivado por una estética que remite al principio del siglo XX y se deja mecer por cierto aroma brechtiano, no renuncia a su contemporaneidad, tampoco a su vigencia. Y en su acabado se advierte el poso que dejaron en Mercedes Saiz maestros como Elsa Gay, Margarita Rodríguez o Fernando Urdiales, hoy fatalmente desaparecidos y eternamente aposentados en su recuerdo.