Botones en lata de Cola Cao

Siempre se queja Sasi el de Mondreganes –el genio manco de los inventos– de la irrupción de las grandes superficies en el campo que a él le interesa:las ferreterías.

– Resulta que las tuercas, o cualquier otra pieza, tienen que ser del tamaño que ellos tienen, no del que tú las necesitas. Y ya no te cuento si necesitas hablar con alguien que entienda de lo que le hablas, tarea imposible. Te dicen que mire en las estanterías y ahí te las den todas...

Por eso habla con admiración de la ferretería de Cea u otras similares, como la de Mansilla, u otras que tienen tanta historia en su interior como en sus dependientes o dueños.

Y es que las tiendas de toda la vida, el viejo comercio, es otra muy diferente, por más que mantengan aquellos maniquíes de toda la vida y no se hayan necesitado que un interiorista decida cómo y dónde se coloca cada una de las cosas, ya sean tornillos o calcetines, pantalones o catalíticas.

Porque la gracia está en que tienen aquellos botones que habías visto en las latas de Cola Cao de tu madre. Porque la gracia está en que te puedes parar a contarle qué es lo que vas buscando y la dependienta «de toda la vida» le pone nombre a tu necesidad, porque le puedes decir de qué pueblo eres y hasta descubrís esos amigos comunes que siempre aparecen.