"Botines pasó de ser un edificio cerrado a estar entre los mejores museos europeos"

Con la candidatura de Casa Botines como finalista en la elección de mejor museo del año, el director general de Fundos analiza cómo ha sido el proceso para poner en valor el patrimonio de las obras sociales de las antiguas cajas de ahorro y los proyectos de futuro que tienen actualmente sobre la mesa.

– Se cumplen seis años desde la constitución de Fundos y cinco desde que comenzó a funcionar de forma efectiva. ¿Qué balance hace?
– El balance es decididamente satisfactorio por varias razones. En primer lugar, porque hemos conseguido consolidar la estructura fundacional en el ámbito financiero y en el ámbito patrimonial, que eran los capítulos con más peso en términos de incertidumbre sobre el proyecto en sus primeros momentos. La situación económica al dejar se ser una fundación bancaria y pasar a ser privada e independiente no era sencilla. Y la gestión del patrimonio representaba un reto colosal. Más de cien inmuebles dispersos por toda Castilla y León, muchos con un coste de estructura muy elevado y algunos sometidos a compromisos contractuales que no eran beneficiosos para Fundos… Remontar todo esto era lo más complicado. En paralelo, necesitábamos, y creo que lo hemos conseguido, definir la personalidad de la fundación y su papel.

– ¿Cuál es ese papel?
– La misión que desempeñaron las obras sociales de las cajas de ahorro ya está agotada. Funcionaban en base a unos parámetros que ya no se corresponden con la situación actual a nivel social, político e institucional. El resto de las fundaciones bancarias se han enfrentado a procesos similares y han tenido que encontrar la propia razón de su existencia. En nuestro caso, el papel de Fundos implica poner en valor una herencia que es el resultado del ahorro popular y también de la iniciativa y del empuje que tuvieron organizaciones privadas que protagonizaron el desarrollo económico que se produjo en l as postrimerías del siglo XIX y en los albores del XX. Estamos hablando de las reales sociedades de amigos del país, que dieron origen a las antiguas cajas de ahorro. Estas sociedades van a protagonizar el próximo año un congreso internacional que vamos a organizar con la Universidad de León. Ese espíritu de dinamismo, de iniciativa y de innovación representa la bandera que debemos enarbolar. Hemos intentado poner en valor el patrimonio del que somos legatarios. En la inmensa mayoría de los casos, lo hemos conseguido. Además, hemos desarrollado proyectos propios que conectan con ese espíritu de iniciativa social, la innovación y el emprendimiento.

– Entre todo el patrimonio de Fundos destaca sin duda Casa Botines, que también ha cambiado notablemente...
– Casa Botines es una de las piedras angulares de nuestro patrimonio. Es el activo más emblemático y en su momento también era el más problemático. Era el más costoso y el que nos planteaba el mayor desafío. No era sencillo poner en valor el edificio y abrirlo a los ciudadanos. Había que diseñar un proyecto serio, solvente y sostenible en el tiempo. Es ahí donde surge el proyecto del museo, en el que algunos no creían al principio, pero el tiempo nos ha dado la razón, porque en menos de cuatro años hemos pasado de un edificio cerrado en el que había cuatro personas en unas oficinas al que puede ser el mejor museo de Europa del año 2022 y ha recibido 450.000 visitas desde el año 2017. Eso se ha conseguido con un proyecto museístico serio que permite no solo poner el edificio a disposición de la sociedad, sino también poner en valor la colección de obras de arte y el archivo histórico que gestionamos. Hemos creado un museo muy atractivo desde el punto de vista turístico, muy dinámico desde el punto de vista cultural y muy eficaz desde el punto de vista económico. Gaudí es una marca muy potente y el museo despliega una gran actividad en muchísimos ámbitos. Eso nos ha permitido que la ciudad incorpore un activo cultural de primerísimo nivel que en muy poco tiempo ha logrado estar compitiendo con los mejores museos de Europa.

– Y para que el museo crezca se está habilitando una nueva sede administrativa para Fundos en Padre Isla…
– Hay un doble objetivo. La nueva sede administrativa, porque la social seguirá en Casa Botines, permite atender a dos necesidades. La primera es poder albergar al staff de la fundación y los recursos técnicos y materiales que necesitamos para los nuevos proyectos y eso en Casa Botines eso era imposible por la limitación de espacio. La segunda es la necesidad de que el museo crezca en cuanto a superficie expositiva. Nosotros nos vamos precisamente por ese motivo y para que el equipo de la fundación tenga un espacio de trabajo más acorde a las necesidades ya los usos actuales.

– Pero el patrimonio de Fundos es más que Botines. ¿Cómo han conseguido ponerlo en valor durante estos años?
– Pusimos en marcha en 2018 un ambicioso plan de reestructuración patrimonial que distinguía entre activos estratégicos, los que necesitábamos poner en valor con medios propios o a través de una transmisión a terceros, y otros que no tenían interés para los fines institucionales. En la primera línea de inmuebles estaban naturalmente los Bienes de Interés Cultural (BIC) y recursos como teatros, auditorios y otros espacios expositivos. La mayoría se han abierto con medios propios, como en Casa Botines o en los auditorios Fundos Fórum en Valladolid, Palencia y Zamora, además de otros muchos en el ámbito rural. Luego hay otra serie de inmuebles que hemos conveniado con otras instituciones, administraciones públicas o entidades del tercer sector sin ánimo de lucro, y son también la expresión de la generosidad de la fundación y de su aportación social.

– Fundos gestiona también el conocido popularmente como Monte de Piedad. ¿Cómo ha influido la pandemia en su funcionamiento?
– Hemos impulsado una redefinición completa del proyecto. Ahora planteamos un monte sin piedad. Hemos cambiado la marca y ahora es Montecredit. Se trata de una entidad de crédito social y prendario. Queremos desterrar conceptos como empeño, préstamo, asistencia o caridad. Es una entidad que presta un servicio financiero con un trasfondo social. Hemos incorporado otros muchos servicios al crédito prendario, como las subastas a la carta, la custodia, la tasación o la comercialización de oro de inversión. Son servicios más acordes a los tiempos actuales. El concepto de oficina, que ya hemos implantado en Burgos y que los leoneses verán en el número 8 de Padre Isla es diferente al tradicional. El crecimiento de la entidad ha sido notable en los tres últimos años por la modernización del servicio y la apertura de nuevas oficinas. En cuanto a la crisis económica derivada de la pandemia, ha tenido una incidencia, pero nosotros no nos consideramos una actividad anticíclica que crezca en momentos de especial adversidad económica. Hubo un repunte, pero no es un crecimiento espectacular. Sí que es verdad que las entidades de crédito social estamos cuando más se nos necesita. Frente a una necesidad puntual de liquidez, somos la mejor opción, porque concedemos créditos instantáneos.

– Hablaba de proyectos sociales en el medio rural. ¿En qué consisten?
– Vamos a poner en marcha Fundos Red Rural con proyectos culturales offline y online. Los primeros se centran en exposiciones y otras actividades que van a itinerar por distintos puntos del medio rural de Castilla y León. Pero también generaremos contenidos online a través del canal Fundos Fórum y eso permitirá que un acontecimiento cultural sea seguido en streaming desde otras localidades. Y luego hay un gran proyecto social y formativo que será la puesta en marcha en 2022 del Instituto de Innovación Social de Castilla y León. Crearemos un observatorio del tercer sector y las empresas de economía social. Ofreceremos formación muy focalizada al reciclaje profesional y la inserción laboral junto con Esic, una de las grandes escuelas de negocios de nuestro país. Va a suponer una aportación importante a la innovación social.