Bosques de otoño para perderse

Las rutas de senderismo del Bierzo se llenan de caminantes en esta estación, la más bonita en la comarca, con los viñedos como fondo

N. González
22/11/2015
 Actualizado a 16/09/2019
Un momento de la ruta hacia Matavenero y Poibueno. | P. J.
Un momento de la ruta hacia Matavenero y Poibueno. | P. J.
La belleza del Bierzo en otoño tiene dos motivos principales: el cambio en el color de sus viñedos, convertidos en un tapiz rojo y amarillo que sube por las laderas de sus montes, y los cambios que se producen en sus muchos bosques, en los que las rutas de senderismo se llenan en esta estación de caminantes que, mochila al hombro, quieren conocer la comarca en su estación más espléndida.

Tras la vendimia y la recogida de las castañas, el otoño en el Bierzo está en plena madurez, y la estación se alía con la naturaleza para ofrecer paisajes en los que el caminante se pierde para, a lo mejor, encontrarse un poco a sí mismo.

Tras los pasos de Girón


La variedad de rutas que hay en los bosques del Bierzo hace fácil escoger un puñado de las más representativas y difícil no dejar muchas fuera. Entre las másconocidas está, sin duda, la de las Puentes de Malpaso, que fueron además escenario de la muerte del mítico guerrillero antifranquista berciano Manuel Girón, apodado ‘El león de Salas, a quien no hieren las balas’.

Esta ruta, bien señalizada, ofrece un recorrido circular que parte de Molinaseca y pasa por Las Puentes -dos sorprendentes construcciones en medio del monte-, sigue hasta Riego de Ambrós y vuelve a bajar a Molinaseca por el Camino de Santiago.

La distancia total del recorrido son unos 12 kilómetros. Los castaños y los robles se adueñan del silencio vegetal de esta ruta, sólo interrumpido por los arroyos que la cruzan: el arroyo del Poyo, el Arroyo Pequeño y el Arroyo del Prado.

El bosque de los poetas


El hayedo de Busmayor es un bosque en el que la poesía es como el musgo: está en cada rincón, sobre los árboles y las piedras, oculta y visible a la vez a poco que alguien quiera descubrirla. La piedra de los poetas, en el corazón del hayedo, así lo atestigua. Allí, cada año, se celebra Versos en el Hayedo, un encuentro de poetas en el que participan decenas de personas.

El hayedo de Busmayor, que en otoño está espléndido, se encuentra en el Ayuntamiento de Barjas, y además de hayas, son habituales otros árboles como abedules o serbales. Se puede realizar la ruta desde la Herrería de Serviz, a la que se llega en coche a través de Vega de Valcarce y Moldes, y se sigue en dirección a Guimil por el que llamaban el Camino de la Vena, usado para transportar mineral a la herrería. Después se sube por el valle, entre los montes de Barjas y Corporales, hasta el hayedo. Otra posibilidad más fácil es llegar a Busmayor y bajar hasta el hayedo.

La Senda de los Canteros


En febrero de este año se inauguró la nueva señalización de la Senda de los Canteros, una ruta que parte de Ponferrada y llega hasta San Miguel de las Dueñas por el cañón del Boeza. Su nombre proviene de que discurre en parte por las canteras en las que, en su momento, se extrajo piedra para la construcción de edificios emblemáticos como el Ayuntamiento de Ponferrada o el palacio episcopal de Astorga diseñado por Gaudí. Y, para mayor interés, en el recorrido hay también un castro celta.

Desde Ponferrada, se pueden ver las primeras indicaciones en la glorieta del Cine, donde hay algunas señales que se completan con un cartel informativo colocado al final de la calle de los Arrieros. La ruta tiene unos once kilómetros y es muy fácil de recorrer.

Fuentes curativas en el camino


La ruta de las fuentes medicinales de Noceda es una de las más transitadas, tanto en otoño como el resto del año. Su recorrido circular de nueve kilómetros de distancia tiene una dificultad media y parte de la localidad de Noceda. Desde allí, no hay más que seguir las señales que se pueden encontrar junto a su iglesia para llegar a la ruta y conocer sus cinco fuentes naturales: la Fuente del Azufre, la Fuente de la Salud, la Catarata de la Gualta y la Fuente del Rubio. Bañarse en ellas, sólo los valientes.

Buscando el espíritu hippy


La ruta que lleva hasta la famosa ecoaldea de Matavenero comienza en la pequeña localidad de San Facundo, a ocho kilómetros de Bembibre. Allí, la ruta aparece en un bonito mural pintado en una casa que detalla todo el recorrido, que pasa por el conocido Pozo de las Hoyas y por los restos medievales de Poibueno. Tiene una dificultad media, con alguna subida importante en su recorrido y senderos al lado del río, al fondo del valle. Se trata de una ruta para tomarsela con calma y así poder disfrutar de sus casi once kilómetros.

Conocer Matavenero, con las singulares casas hechas por sus habitantes, sus tipis y su escuela libre, merece la pena. A los que no hayan estado nunca, les sorprenderán sus niños.
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