Blues castellano

Cincuenta años son medio siglo, un tiempo más que importante en la vida de una persona. Es el tiempo que ha pasado desde que Antonio Gamoneda, el gran poeta leonés, escribiera ‘Blues castellano’, un libro de poesía que no vería la luz hasta bastantes años después, en 1982, por causa de la censura franquista.

Una iluminadora cita de Carlos Marx, cuyo sólo nombre estaba prohibido decir en el tiempo en el que Gamoneda escribió ‘Blues castellano’, encabeza un poema que está entre los más conmovedores que uno ha podido leer: «La vergüenza es un sentimiento revolucionario». El poema, titulado ‘Malos recuerdos’, dice: «Llevo colgados de mi corazón/ los ojos de una perra y, más abajo,/ una carta de madre campesina / Cuando yo tenía doce años,/ algunos días, al anochecer,/ llevábamos al sótano a una perra/ sucia y pequeña/ Con un cable le dábamos y luego/ con las astillas y los hierros/ (Era así. Era así/ Ella gemía,/ se arrastraba pidiendo, se orinaba,/ y nosotros la colgábamos para pegar mejor)/ Aquella perra iba con nosotros/ a las praderas y los cuestos/ Era veloz y nos amaba…» El poema sigue no sólo en la página del libro sino también en la memoria del lector, que no consigue, como el poeta, desprenderse de esas imágenes devastadoras por su crueldad.

La poesía es el arte de la memoria en la perspectiva de la muerte dice Gamoneda y uno comparte con él esa idea, esa suposición de que la memoria y la muerte se contrarrestan y se necesitan a la vez. Sin la perspectiva de una muerte cierta nadie recordaría lo vivido porque no necesitaría sujetar el tiempo y sin la memoria la muerte no existiría porque nada nos la recordaría. El arte de la memoria se convierte así en la única defensa que el poeta tiene contra la decrepitud, contra el peso de las pérdidas, contra el final que se acerca a pasos agigantados. «Oigo el último/ grito amarillo/ Atravesando/ cifras y sombras he llegado/ No merecía la pena/ tanto cansancio sin destino» escribe Gamoneda en ‘Canción errónea’, su último, por el momento, libro publicado.

Los 50 años de ‘Blues castellano’ van a ser celebrados, por lo que leo, en el Museo Etnográfico de Castilla y León, en Zamora. La elección del lugar es quizá casual, pero no podía haber sido más acertada: sobre Zamora escribió Antonio Gamoneda un libro alimenticio, una de aquellas guías turísticas de la desaparecida Editorial Everest pioneras en su género en España, cuya lectura es tan recomendable como sus poemas pese a haber sido escrita por un encargo. Los poetas lo son hasta cuando no escriben.