Blanco o negro en función de mi beneficio

A veces enterarte de cómo se trata un caso concreto ayuda a entender mejor la manera en la que funcionan las cosas. Y el balonmano ha ofrecido esta semana un buen ejemplo. Por poner en situación, en el Benidorm hubo seis positivos en Covid-19 que, al dar posteriormente negativo en hasta tres controles distintos, quedó bastante claro que eran falsos.

En la Generalitat no dudaron, les daba igual que hubieran pagado ellos el resto de pruebas y fuera obvio. Debían confinarse. Prohibido viajar a disputar la competición europea, de la que les eliminaron por no presentarse. No les importaban las explicaciones. Total, sólo eran unos chicos que jugaban a balonmano. Nadie tiene dudas sobre qué hubieran hecho si se tratara del Levante, el Valencia o el Villarreal de fútbol. Pero esto no da votos.

Y es que, hasta en medio de una situación tan crítica como la que se vive en la actualidad, parece que es lo único que importa. Ahí y en todo. Se ha visto esta semana con todo el debate sobre la existencia de un factor común a la hora de tomar medidas en las diferentes Comunidades, donde las cosas como son, Castilla y León ha sido uno de los pocos que ha evitado el ridículo espantoso de votar en contra de lo que llevas meses defendiendo.

Todo vale. Todo puede ser blanco o negro en función de mi beneficio, que no del de los demás a los que representas. Sea para una moción leonesista, para una medida contra la pandemia o para cualquier ley, siempre habrá quien preferirá arrodillarse ante la exigencia de su partido antes que votar lo que su gente querría.

Luego se sorprenden de que la gente celebre la medida de Italia en la que se reducía el número de políticos y nos dicen que eso reduce la pluralidad entre las diferentes regiones. Y, si todo funcionase como debe, sería una realidad incontestable. Pero, cuando ves que todos se pliegan a lo que el partido dice y que da igual que haya 20 que 200 porque luego el voto es único perjudique o no a tu tierra, te das cuenta de que puestos ahorrar y a apretarnos todos el cinturón, a mí me sobran bastantes dietas de esas que siguieron cobrándose en plena pandemia. Me sobran bastantes de esas pensiones vitalicias que alguno ingresará el resto de su vida. En definitiva, me sobran bastantes políticos.