Blanca y radiante va la nieve

Mientras el miedo a la tormenta del siglo hacía temblar a los leoneses los informativos anunciaron que esta vez la borrasca venía desde el sur y, curiosamente, nevó más en Madrid que León, por ejemplo.

Después de dos días complicados, con copiosas nevadas, pueblos cerrados, carreteras con muchos problemas por toda la provincia, especialmente por la montaña, la borrasca Bella dejó otras dos jornadas en la provincia en las que el sol y los cielos azules tomaron protagonismo en unas fechas nada propicias para su presencia. La nieve mostraba en las horas centrales del día su mejor cara, su cara blanca y radiante, dejando con la complicidad del sol estampas para el recuerdo, fotografías para disfrutar con un horizonte blanco y virgen como pocas veces se puede ver.

Espectaculares hoces como las de Vegacervera, Nocedo y tantas otras pintadas de blanco; carámbanos de hielo tejiendo figuras en cualquier pared; cristales de nieve atravesados por el sol; venados mirando desde el horizonte mientras avanzan luchando con la nieve; niños deslizándose por tantas laderas convertidas en pistas de esquí; ganaderos con sus tractores tratando de llevar comida a yeguas y vacas atrapadas en la nevada; mastinas que las cuidan los rebaños a la vez que enseñan a su camada de recién nacidos el oficio de pastorear; y los conductores de las quitanieves que siguen en su faena de abrir camino y sembrar sal para que no sea peligrosa la carretera mientras mantienen el alma encogida sabiendo que un compañero ha sido tragado por la cara más negra de la nieve blanca…

Son las caras de la nevada.

¿Y hoy? Filomena tiene la respuesta.