Berta Pichel: "Hay algo atávico en mi amor hacia el territorio"

La autora berciana acude este martes a la sala Región del ILC con su primera novela, ‘Cicatrices de charol’, una historia de crecimiento, del camino necesario hacia la madurez, que ha ubicado en El Bierzo, la tierra de sus antepasados y la suya propia

L.N.C.
17/04/2018
 Actualizado a 18/09/2019
La escritora berciana Berta Pichel.
La escritora berciana Berta Pichel.
Tras las presentaciones de la semana pasada en su Bierzo natal, donde también ubica la trama de su primera novela, la docente y escritora Berta Pichel, que ha desarrollado la mayor parte de su vida profesional en Barcelona, acude este martes con ‘Cicatrices de charol’ (Random House Ediciones B) a la sala Región del ILC, donde a partir de las 20:00 horas tendrá lugar la presentación de esta historia de amor y superación que transcurre en los albores de la Guerra Civil y con El Bierzo como gran telón de fondo».

Formada como narradora en l’Escola d’Escriptura de l’Ateneu Barcelonès, ‘Cicatrices de charol’ representa su primera incursión en la novela, que ha decidido ubicar en El Bierzo «porque es la tierra en la que nacieron mis padres, mis abuelos, todos mis antepasados y yo misma. Hay algo atávico en mi amor hacia el territorio. Siempre vuelvo al Bierzo. Allí, en su tierra, se hallan los restos de casi todos mis antepasados, allí permanecen las tierras que compraron, heredaron, trabajaron y de las que se sustentaban. Allí los árboles que plantaron, las montañas que amaron, las casas en las que habitaron. Siempre vuelvo al lugar y recreo en mi mente las bellas palabras de Juan Ramón Jiménez: ‘...en el rincón secreto de mi huerto florido y encalado, mi espíritu de hoy errará, nostálgico’. Y allí estoy yo, añorándolos».

Para su autora, ‘Cicatrices de charol’ es «una novela de crecimiento, del camino necesario hacia la madurez. En él, es preciso cerrar las heridas del pasado, después de un periodo de duelo, han de dejar de sangrar, aunque solo sea por salud mental y física. La reconciliación con lo que dejas atrás no solo te ayuda en el camino, sino que te libera y ahí se halla también la felicidad», argumenta esta historiadora de profesión que reconoce que Nía, la protagonista del libro, es un personaje novelesco. «La semilla de la narración nace de la historia de una conocida que fue madre soltera en aquella época. Sin embargo, la historia no tiene nada que ver con ella. Cierto es que hay algunos rasgos de la protagonista con los que coincido: mi admiración por los novelistas del siglo XIX, el entusiasmo por Lorca o el amor por el teatro», asegura Pichel.

Además de su aportación como historiadora, no es difícil percibir en el relato influencias de su experiencia de más de cuarenta años como docente. «En efecto. Creo que las profesiones, al menos la de docente, imprime carácter. En la novela hay cierto afán por la reflexión que nos puede servir en el presente. Hemos de aprender las lecciones que nos enseña la historia e intentar comprender qué es lo que puede llevar al ser humano al desastre de una guerra civil y las consecuencias que ello comporta», reconoce.

Actualmente, Berta Pichel se encuentra inmersa en la redacción de un nuevo proyecto literario. «Será una novela muy diferente a ‘Cicatrices de charol’. Si en Cicatrices la protagonista es una mujer muy joven que se abre a la vida, en la actual el protagonista es un hombre de setenta años y que, en consecuencia, ha vivido mucho. Al plantearme una nueva novela, me atrajo un reto: entrar en la cabeza de un hombre experimentado. Intentaré no equivocarme demasiado».
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