- Su segunda incursión en la novela histórica transcurre durante un periodo mucho más cercano en el tiempo que la anterior, como son los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial y que marcaron una división del mundo en bloques.
- Efectivamente, es un gran salto cuantitativo en el tiempo, pues si la ‘La espada y la luna’ transcurría en la Baja Edad Media, en el año 1307, esta segunda novela tiene lugar en la Segunda Guerra Mundial y en la posguerra, en las consecuencias de esta terrible contienda bélica que provocó millones de muertos y además dividió al mundo en dos bloques, perdiendo Europa toda su hegemonía.
- ¿Como apasionada de la literatura y de la historia, le ha resultado en esta ocasión más complicado afrontar un periodo histórico más cercano que el de siglos atrás, como fue el caso de su anterior publicación?
- Toda novela histórica conlleva mucho tiempo de investigación, de documentarse bien. Lógicamente en la temática templaria me vi un poco condicionada porque existía escasa documentación; sin embargo, en esta segunda novela, que recuerda que la historia nos ha enseñado una realidad sostenida en el tiempo, ha sido más fácil, dentro de lo que cabe, porque de la Segunda Guerra Mundial nos ha quedado una ingente cantidad de documentos y de información. En la novela me adentro no solo en los entresijos de una contienda bélica de enorme envergadura, que marcaría un antes y un después, sino también en el mundo del espionaje, que durante este periodo fue muy significativo porque hubo una especie de estallido debido a los intereses de los países en conflicto. Ese es otro de los ingredientes de ‘Susurros entre balas silenciosas’ y, por supuesto, las circunstancias tan terribles que desembocaron en la Guerra Fría, un término que se empezó a utilizar en 1950.
- ¿Conocemos el contexto histórico, pero en qué marcos geográficos ha situado la acción de la novela?
- La protagonista es una judía polaca, por lo que uno de los enclaves es Polonia, un país que conozco muy bien, al igual que Estados Unidos, donde estuve viviendo durante cuatro años y que, por supuesto, también es uno de los escenarios de la novela, como corresponde al papel fundamental que desempeñó en el devenir de la Segunda Guerra Mundial. Me gusta escribir de las realidades que conozco.
- En ‘La espada y la luna’ la protagonista era una mujer, lo que le permitía incorporar un componente romántico a una historia de intrigas, asesinatos, traiciones, tesoros ocultos... ¿Se ha valido también de este recurso en el caso de ‘Susurros entre balas silenciosas? - El personaje principal del entramado de esta segunda novela histórica de 461 páginas es una mujer. No tengo una explicación clara de por qué he elegido a una mujer. Tal vez porque las mujeres han sido relegadas a un segundo plano en la historia o porque yo soy mujer. Independientemente de eso, esta novela tiene muchos ingredientes que van a atraer la atención del lector. No solamente espionaje y todo el entramado del conflicto bélico, también hay secuestros, asesinatos, desapariciones y, por supuesto, una historia de amor que protagonizan personas que pertenecen a mundos absolutamente contrarios. He mimado mucho los personajes, porque cada uno tiene un mensaje que decir, y creo que va a captar el interés del lector, sobre todo de un perfil de lector interesado en la historia y en unos episodios tan importantes como los que tuvieron lugar durante la Segunda Guerra Mundial.
- Cuando se escribe novela histórica siempre se tiende a que los episodios descritos tengan una lectura actual. ¿También ha sido su caso?
- Quédate con esta frase que es mía: la historia nos ha enseñado una realidad sostenida en el tiempo. Precisamente la historia nos lleva al conocimiento no solo de las circunstancias que propiciaron unas contiendas bélicas de esta envergadura sino también de los errores que nos han llevado a estas situaciones con el fin de no volver a cometerlos. Desde pequeña siempre me han llamado la atención determinados comportamientos que a través de los siglos algunos se han repetido y otros no. Como ciudadanos del mundo tenemos la responsabilidad, en base a estos episodios históricos que marcaron tanto a todas las civilizaciones del mundo, de no volver a cometer determinados errores, errores que en el caso de la Segunda Guerra Mundial provocaron más de 60 millones de muertos y la división del mundo en dos bloques, una tragedia pues a todos los niveles.
- ¿Cómo va a ser la hoja de ruta de ‘Susurros entre balas silenciosas’?
- Hay muchas connotaciones y sentimientos que me unen a León y tengo el placer de presentar mi segunda novela este viernes a las siete de la tarde en el Palacio del Conde Luna. Es una tierra que nos ha acogido muy bien, pues como sabes mi marido estuvo destinado allí de coronel, fueron unos años muy felices, tenemos amigos estupendos y por muchas circunstancias todo me lleva a León. Además, he vuelto a repetir con Lobo Sapiens, que es una editorial muy seria, muy profesional, y al editor José Antonio Martínez Reñones le gustó la novela. Ya sabes que hoy en día si el producto no es bueno tampoco se corren riesgos. No sé si me explico. Me han invitado también a ir Barcelona para presentar la novela en un ámbito militar, dada la condición de general de división de mi marido. En Madrid no sé si haré una presentación o me iré a alguna librería o incluso a El Corte Inglés a firmar ejemplares. Pero, fundamentalmente, tengo el privilegio y estoy muy orgullosa de presentar ‘Susurros entre balas silenciosas’ en la ciudad de León.