Beatriz Berrocal: "La novela ’Hija de nadie’ estuvo ocho años dormida en un cajón"

La escritora zamorana afincada en León, Beatriz Berrocal, acaba de lanzar al mercado dos novelas juveniles que abordan temas tan espinosos como son el terrorismo (‘Hija de nadie’) y la transexualidad (‘Adiós, noviembre’), optando en ambos casos por la cercanía y la franqueza en su tratamiento

Joaquín Revuelta
29/04/2021
 Actualizado a 29/04/2021
La escritora zamorana afincada en León, Beatriz Berrocal, acaba de publicar dos novelas para jóvenes.
La escritora zamorana afincada en León, Beatriz Berrocal, acaba de publicar dos novelas para jóvenes.
Beatriz Berrocal, escritora zamorana afincada en León, es uno de los referentes actuales de la literatura para jóvenes que acaba de colocar en el mercado dos novelas, ‘Hija de nadie’ (Editorial Everest. Grupo Paraninfo) y ‘Adiós, noviembre’ (Editorial Algar), que abordan temas ‘espinosos’ como son el terrorismo y la transexualidad.

En el caso de ‘Hija de nadie’, la autora confiesa que durante años ha estado guardada en un cajón porque ninguna editorial mostraba interés en publicarla. «Todas la valoraban positivamente pero pensaban que su publicación entrañaba un riesgo», recuerda Berrocal, a quien se le ocurrió la trama de la novela después de leer un artículo periodístico sobre una chica joven que contaba lo que suponía para ella vivir con la protección de un escolta. «La lectura de ese artículo me pareció una buena forma para atraer al público juvenil hacia un tema que les queda muy lejano. Aunque es una etapa que van a tener que estudiar en los libros de texto, no quería que se convirtiera en una más de tantas materias que tienen que estudiar sino que les llegara de una manera más directa. Y qué manera mejor que una chica joven como ellos se lo cuente y que además lo haga en primera persona. La novela está escrita como si lo estuviera contando ella y les llega de una manera muy cercana porque van viviendo lo que el personaje está viviendo. Me parecía que era una buena manera de hacerles llegar eso y que no quedase ahí en su currículum como si estuvieran estudiando otra etapa más de la historia de España, sino que fuese un poco más cercana, porque es algo que aunque nos cuesta recordar no conviene olvidar, y a mí me gustaría que ellos lo tuvieran muy presente», sostiene la escritora zamorana.

Beatriz Berrocal recuerda aquel oscuro periodo de nuestra historia reciente «con miedo», pero también «con esa sensación de que a fuerza de hacerse habitual va perdiendo esa capacidad de sorprendernos que tiene, que es algo que ocurre también con las noticias que nos llegan referentes a conflictos bélicos o a la violencia de género, que las primeras veces impactan y cuando se convierten en algo habitual dejan de llamarnos la atención, y me parece triste. Por eso no quería que aquel periodo quedara diluido en los conocimientos de los jóvenes de ahora sino que les tocase muy de cerca, que vieran que el terrorismo no solo afectó a los adultos de entonces sino que había una generación de personas jóvenes que se veían afectadas por esa situación», reconoce Berrocal, que en el caso de ‘Adiós, noviembre’ aborda el tema de la transexualidad, un asunto complejo y muy doloroso, sobre todo para las personas que lo sufren por la falta de tolerancia hacia el mismo que  mantiene un sector de la sociedad. «Para que nos llegue más cerca hay que ponerle un nombre. Cuando oímos hablar del tema nos parece que es algo muy impersonal, algo que solo sucede a otros. Me parecía que para fijar ese tema lo más fácil era ponerle un nombre. Esto está pasando a esta chica y no me gustaba eso de ‘es una persona que se ve atrapada en un cuerpo...’ porque para escribir la novela tuve que documentarme mucho y hablando con asociaciones que me echaran una mano sobre cómo enfocarlo bien coincidían en lo errático de ese concepto, porque en realidad no se sienten atrapados en  ningún cuerpo sino que lo que quieren es que les vean no como se sienten sino como son. Esto es algo que no he vivido en primera persona y que me cuesta trasladar a los demás, por lo que he procurado que nadie pueda sentirse molesto por la forma en que lo he expresado», reconoce Berrocal, que por fortuna no se encontró esta vez con la negativa de las editoriales como había sucedido en el caso de ‘Hija de nadie’. «Yo creo que las editoriales ahora mismo agradecen que se traten estos temas en las novelas juveniles. No me costó nada que lo aceptaran porque pienso que existen muy pocas novelas que aborden el tema de la transexualidad con la franqueza con que creo que lo hace ‘Adiós, noviembre’», sostiene la escritora zamorana, que en la novela lleva incluso a la protagonista, Cristina, a mantener conversaciones con su ‘yo del futuro’ y con sus autores favoritos (Frida Kalo, Keruac o Dostoievski), con los que debate de manera imaginaria sobre lo que hubiesen hecho ellos en situaciones semejantes. «Siempre trato de despertar el interés del público que va a leer la novela y luego también era una manera de reflejar la soledad en la que se siente la protagonista, que recurre a los autores que a ella le gustan, por si le pueden aportar algo, y con los que mantiene un diálogo interno en el que a veces está de acuerdo con las afirmaciones que le hacen y en otras no lo está». Beatriz Berrocal considera que los jóvenes manifiestan una mayor tolerancia hacia la transexualidad que las generaciones que les han precedido porque, entre otras cosas, están mucho mejor informados. «Pienso que llevan más tiempo escuchando hablar de ello y recibiendo una información que ante no llegaba. Este tema antes era un tabú, no se tocaba para nada. Venimos de un país en que hay gente que ha muerto en las cárceles por ser homosexual. Esto lleva un proceso de formación y de que nuestras mentes se abran. Creo que en el momento actual las mentes están mucho más abiertas de lo que estaban antes, afortunadamente, pero también ha habido un alto porcentaje en la juventud que no se ha mostrado tan tolerante como se esperaba, por tanto el camino está ahí, hemos avanzado pero no está todo hecho, queda todavía mucho por hacer y a eso es a lo que yo he querido  contribuir un poco a través de esta novela», asegura la escritora zamorana residente desde hace años en León, que en estos momentos tiene ya empezado un libro para niños y acaba de terminar una nueva novela juvenil sobre «las cosas que decimos y jamás haríamos, pero que nos damos cuenta de que todos en potencia y sometidos a una determinada presión seríamos capaces de hacer», señala Berrocal, que reconoce su incapacidad para escribir nada que tenga que ver con la pandemia que nos asola desde hace más de un año. «Me duele mucho este tema y ahora mismo no me apetece nada leer y menos aún escribir sobre la situación que hemos vivido y que reconozco daría para escribir mil novelas».
Archivado en
Lo más leído