juan-pablo-garcia-valades-3.jpg

Batalla cultural por la Libertad

07/05/2021
 Actualizado a 07/05/2021
Guardar
Como se podrán imaginar, aunque a estas alturas estén saturados del tema, no puedo obviar las elecciones en la Comunidad de Madrid. La magnitud de esa cita electoral ha sido de relevancia nacional y ha dejado patente muchas cosas interesantes que bien merecen un breve repaso.

En primer lugar, no quiero dejar pasar la oportunidad de cuestionar ya no solo la utilidad e imparcialidad del CIS, sino su propia legalidad. Un organismo que nos cuesta más de 9 millones de euros al año, no puede utilizarse de manera tan partidista, por lo que una denuncia por malversación me parece más que oportuna y necesaria.

En segundo lugar, quería hacer una reflexión sobre la dignidad humana y su reflejo en la vida política, tomando como ‘penitente’ a Ángel Gabilondo, al que empujaron desde Ferraz a presentarse a unas complicadas elecciones de las que ni Margarita Robles ni Marlaska, como posibles buenos candidatos, querían oír hablar, le prepararon una campaña desde la premisa de que es un tío soso, le obligaron a reconocerlo en un vídeo y le hicieron adoptar desde Moncloa los mensajes de odio del sanchismo, para después dejarle a su suerte, dándole la espalda literalmente en la jornada electoral, para hacerle único responsable de la debacle. Jodida política.

En tercer lugar y como elemento fundamental a destacar de estas elecciones, tenemos el triunfo de un mensaje claro y sencillo del Partido Popular y de su candidata Ayuso, que hace recuperar a la centroderecha la lucha por la batalla cultural con la Libertad por bandera.

Durante años, desde la izquierda se ha demonizado las políticas liberales intentándolas asociar siempre a un capitalismo salvaje e insolidario, pero en esta ocasión, sin duda por la limitación de libertades a la que nos ha llevado la pandemia y el gobierno de Sánchez, ese espíritu liberal ha ido más allá y ha calado en la mente de muchos madrileños (y del resto de España) tomando conciencia de la importancia de la autonomía del individuo en la toma de sus propias decisiones, el riesgo que tenemos a un excesivo control político sobre nuestras vidas y el peligro de caer en una dictadura de extrema izquierda con la imposición de su pensamiento único. Lo que viene a ser la lucha diaria de una persona liberal.

El mensaje es tan potente para el Partido Popular como peligroso para el PSOE. Ahora lo rancio y retrógrado es votar a la izquierda por su ansia de coartar libertades individuales y decirnos cómo tenemos que vivir, mientras lo estimulante y rebelde es votar a la derecha con su soplo liberal y contestatario. Este mensaje cala en todos los estratos sociales y es fácilmente ‘comprable’ por el votante joven con lo que, si el Partido Popular sabe gestionarlo, puede conseguir cantera y volver a ser partido de Gobierno, mientras los niños pijos de la extrema izquierda de Errejón se van comiendo poco a poco al PSOE.
Lo más leído