Barrios de Luna, el embalse más vacío de España

El embalse leonés se encuentra al 4,2% de su capacidad y no llega a los 12 hectómetros cúbicos / El presidente de la CHD, Juan Ignacio Diego, y su antecesor en el cargo, José Valín, resaltan la necesidad de dotar a la cuenca del Duero de más pantanos y de modernizar los regadíos

Ical / L.N.C.
01/11/2017
 Actualizado a 18/09/2019
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Castilla y León se enfrenta a una sequía sin precedentes que ya empieza ser considerada por muchos expertos como la peor del último siglo. El pasado año hidrológico se registraron los niveles más bajos de lluvia en muchas zonas y en el corazón de la Comunidad, en la comarca de Tierra de Campos, las precipitaciones registradas en los últimos doce meses apenas alcanzaron los 200 litros por metro cuadrado, inferiores a la media anual que se registra en el desierto del Sahara. Ante esta situación, el presidente de la CHD, Juan Ignacio Diego, y su antecesor en el cargo, José Valín, resaltan a Ical, la necesidad de dotar a la cuenca del Duero de más pantanos y de modernizar los regadíos.

Uno de estos expertos en gestión de agua que alerta de la gravedad de la situación es el que fuera consejero de Agricultura de la Junta y expresidente de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), José Valín, que asegura que él no recuerda una situación tan extrema con pantanos como el de Barrios de Luna, en el río Órbigo (León), que se se encuentra a poco más del cuatro por ciento, o que toda la zona de Esla en su conjunto ronde el 12 por ciento, y el mismo nivel presenten los pantanos del Pisuerga y el Carrión.

Valín alerta de que desde la primavera de 2016 no llueve “en serio” y matiza que lo peor de todo está siendo el seco inicio del otoño. En términos similares se pronuncia el actual presidente de la CHD, Juan Ignacio Diego Ruiz, que argumenta que la gravedad ha ido en aumento desde el pasado otoño, cuando los datos de precipitaciones y otros valores, como la entrada de aportaciones a los embalses que evalúa la CHD, apuntaban al inicio de una época de déficit hídrico. Este panorama, según Diego Ruiz, lejos de atemperarse, fue a más tras un invierno seco y sin nevadas en las cadenas montañosas y una primavera cálida de escasas lluvias.

La delicada situación actual pone de manifiesto la necesidad de incrementar la regulación en los ríos de la cuenca del Duero y en ejecutar con rapidez los acuerdos del Plan Hidrológico Nacional de 2015 donde se que contempla la construcción de siete pequeños embalses. En este sentido, Valín apunta a que con una mayor capacidad de almacenamiento se podría plantear una regulación pluarianual, “algo de lo que carece la Comunidad y que ahora se hace necesario para poder aprovechar los años más húmedos”.

Por su parte, Diego Ruiz apunta a que la construcción de nuevos pantanos se tiene que completar con una clara apuesta en Castilla y León por la modernización y tecnificación de regadíos. “La innovación que posibilita hacer más con menos también llega al campo, y más en concreto al indispensable ahorro de agua”. En este caso, Valín más allá y aunque reconoce que en los últimos años se han producido importantes avances en la modernización de los regadíos, el regadío a pie tendría que tener contado sus días.

Además, el que fuera consejero de Agricultura también asegura que junto a nuevos pantanos y a una modernización del regadío, es fundamental realizar una planificación que tenga en cuenta la problemática del cambio climático, de la que “España se debería convertir en abanderada de Europa, ya que será uno de los país más afectado”.

Así, Valín plantea que el cambio climático debe ser una prioridad fundamental para el Gobierno, “ya que no sólo nos jugamos el poder tener agua para regar, también nos jugamos el territorio y el bienestar de las generaciones futuras”, y advierte que ser negacionista o pretender justificar el cambio climático como algo ajeno a la acción del hombre es “engañarnos a nosotros mismos”.

Además, recalca que, a estas alturas, ningún científico duda de la existencia del cambio climático e incluso muchos son los que plantean que se está acelerando, a la vez que critica que la comunidad se está tomando a “broma” este problema como demuestran las “espeluznantes” declaraciones del presidente norteamericano Donald Trump al respecto.

Cuestión de Estado


Valín sostiene que el cambio climático debe ser afrontado como una cuestión de Estado, “como la prioridad número uno del Gobierno”, ya que España será el país más afectado por sus tres grandes problemas: incremento de las temperaturas máxima, descenso de las precipitaciones y una meteorología más irregular”, sentenció.

Por su parte, Diego Ruiz también apela a una mayor concienciación social para afrontar las consecuencias del cambio climático y asegura que, entre otros aspectos, debe plasmarse en un uso racional, responsable y eficiente de un bien público, “que desde la CHD tratamos de gestionar con criterios de interés general”.

Las imágenes que estos días dejan ver los agonizantes pantanos de la comunidad también sirven de reflexión para estos dos expertos en gestión de agua. Diego Ruiz reconoce que la construcción de embalses en España dejó un paisaje de valles anegados y pueblos ocultos, lo que provocó el desarraigo de unas gentes cuya “infinita generosidad tenemos que reconocer”. “Ahora, cuando afloran la torre de una iglesia con sus sillares unidos en pie, un puente de piedra o los restos de otras construcciones, valoramos más aún su solidaridad, su espíritu de sacrificio”.

“Arroyuelos”


De la misma forma, Valín apela a las raíces y a los orígenes. “Ya se sabe que la patria de uno es la niñez, es el territorio donde ha nacido y donde disfrutó de sus primeros juegos . Es absolutamente lógico la emoción de estas personas que, décadas después, vuelven a ver sus raíces, y a la vez valorar su sacrificio”. No obstante, afirma que todo el mundo debe ser consciente que sin los actuales embalses las principales ciudades de Castilla y León estarían en esta situación sin agua para el abastecimiento humano y los ríos serían “poco más que tristes arroyuelos”. “En estos momentos son los embalses los que están nutriendo a los ríos y no al revés”.

De la misma manera, Diego Ruiz reconoce que sin embalses capaces de almacenar miles de hectómetros cúbicos para uso agrícola, consumo humano y regulación de caudales para prevenir avenidas, hoy “estaríamos ante una situación mucho peor, sin apenas reservas para afrontar estos meses.

De todas formas, y a pesar de la delicada situación, tanto Valín como Diego Ruiz aseguran que no hay que ser alarmistas dado que entramos de lleno en los meses fríos y lluviosos del calendario, que son los que hacen aumentar las reservas para abordar el próximo año con garantías. Además. el presidente de la CHD recuerda que la sequía en la cuenca de Duero, donde ha habido limitación de asignaciones de agua al regadío y ahora “nos centramos en garantizar las reservas para abastecimiento humano”, es un fenómeno cíclico.

El Luna, el embalse más vacío de España


La situación crítica del embalse de Los Barrios de Luna ha atraído la atención de toda España ante el paisaje desértico que presenta. No obstante, se encuentra al 4,22% de su capacidad total (308 hectómetros cúbicos) con menos de 13 hectómetrosalmacenados, lejos de la media de los últimos diez años que establece que por estas fechas la ocupación roza el 20% con 61 hectómetros. Una situación alarmante para un embalse del que depende el riego de alrededor de 50.000 hectáreas del alto Órbigo y El Páramo. Sin llegar a ser tan grave, la situación es similar en el resto de los embalses de la provincia. En Riaño, el más importante, con 641 hectómetros de capacidad, las reservas son del 13% con 84 hectómetros cúbicos, lejos de los 240 de la media de la década. Además, cabe recordar que este pantano es bianual, es decir, necesita dos inviernos para llenarse completamente. El del Porma, que se complementa con el de Riaño, es el que mejor se encuentra porcentualmente con un escaso 15% de ocupación y casi 50 hectómetros cúbicos almacenados, la mitad de lo habitual en estas fechas. En cuanto al embalse de Villameca, del que se abastece principalmente la ciudad de Astorga, se encuentra al 10% con 2 hectómetros cúbicos, uno menos que la media de los últimos diez años. Por último, en lo que respecta a los regadíos de la provincia, en El Bierzo, el embalse de Bárcena, la ocupaciónes del 25% con 81 hectómetros cúbicos de los 341 que puede llegar a retener.

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