Bares de pueblos pequeños: "Si no hay verano... cerramos"

Viven con mucha incertidumbre su futuro, pues se muestran convencidos de que sin los ahorros de los meses de verano, que están en el aire, en inviable mantenerlos abiertos

Fulgencio Fernández
10/05/2020
 Actualizado a 10/05/2020
Mirta y Carlos, de la histórica Venta de Getino/Casa Amador, esperan nuevos tiempos "aquí de brazos cruzados" en la terraza del bar. | MAURICIO PEÑA
Mirta y Carlos, de la histórica Venta de Getino/Casa Amador, esperan nuevos tiempos "aquí de brazos cruzados" en la terraza del bar. | MAURICIO PEÑA
Ana, del Hotel Rural Río Viejo de Casares de Arbas, está lijando las mesas para barnizarlas después. «Algo habrá que hacer, lo que no sé es para quién las barnizo».

Tomás González, del Bar González de Casares, aprovecha el paseo diario para acercarse a la presa del pantano y disfrutar de los paisajes que desde allí se ven y ver las yeguas que allí pastan. «No veo yo claro lo de volver a abrir, ¿para qué? o, mejor, ¿para quién?».

Mirta y Carlos, actuales responsables de la histórica Venta de Getino, toman el sol sentados en la terraza. «Aquí de brazos cruzados, ¿qué vamos a hacer? Esta va a ser muy gorda, ¿en qué parará?»Gonzalo, del restaurante Las Nieves de Cármenes, también se dedica a hacer obras para una nueva terraza pero no abrirá, pese a entrar en la fase 1, pues cree que «como negocio no tiene ningún sentido, si no puede venir la gente de León o de Asturias, si no están abiertas las Cuevas de Valporquero, ¿para qué?».Podría haber otros muchos testimonios, que inciden en el desconocimiento de la realidad de los negocios de los pequeños pueblos que, en general, no viven de sus vecinos, que en casos como Casares, Cubillas, Getino o Felmín, en el caso del Restaurante El Pescador, apenas llegan a una decena de habitantes. «¿Qué creen, que los de Cubillas van a dejar de dormir en sus casas y venir a dormir en nuestro hotel?», ironiza Josefina, del Hotel Rural Río Viejo, en el que lleva 17 años y jamás se ha visto «tan apurada como ahora». Y se hace una pregunta que comparten todos sus colegas: «¿Sabe esta gente que hace las leyes que hay muchos negocios de estos pueblos que hay varios meses al año que perdemos dinero, que tenemos que sacar del calcetín para pagar la luz, la calefacción...». Y recuerdan, todos, que «los meses de julio y agosto trabajas para ahorrar, después otros meses aprovechas algo, la fiesta, una feria, unas jornadas gastronómicas, y cuando llega el invierno y las nevadas pues a sacar del calcetín».Por eso muchos coinciden: «Si no hay verano... a cerrar».Tomás González, del mesón González de Casares, lo tiene muy claro. «Yo sigo abierto por el invierno para que la gente del pueblo tenga un lugar para jugar la partida, pero realmente pierdes dinero. Si en los meses de julio y agosto, que es cuando puedes vender algo, tenemos que estar cerrados yo seguramente no volveré a abrir más». Y remata con una reflexión. «A los de los pueblos no nos hace caso nadie, ¿te acuerdas de cuando lo del pantano?». Y es que Tomás recuerda cuando los vecinos del pueblo, muchos de avanzada edad, se oponían a la recrecida del pantano, a las ridículas indemnizaciones que les pagaban y «mandaron aquí guardia civiles como si fuéramos terroristas, cuando vinieron unos de la Virgen del Camino nos dieron duro y algunos los llevaron para el cuartelillo».

Tampoco acaban de entender muy bien los que entran en la fase 1 mañana lunes —Las Nieves, La Venta de Getino o El Pescador— las ventajas de poder abrir. «¿Para quién?, si aquí no puede venir nadie. Mientras no pase de fase al menos toda la provincia no tiene sentido»; sin entrar a valorar que en estas comarcas casi tiene más importancia que dejen venir a los de Asturias, que casi ni se contempla.

Y Josefina nos regala otra reflexión: «Y todas esas leyes y ayudas que sacan, que se lo digan también a los bancos, que ellos siguen a sacar tajada, como siempre».
Mala pinta tiene la cosa si en verano no hacemos granero.
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