Baños de bosque como primer paso al proyecto de soto terapéutico en Villar

El nuevo concepto del "Shinrin Yoku" dejó huella este verano en los ancianos castaños de Los Barrios como primer paso para recuperarlos como cura y escenario de desarrollo local

Mar Iglesias
19/09/2021
 Actualizado a 19/09/2021
Uno de los baños de bosque dirigido por Merche Palomino.| MAR IGLESIAS
Uno de los baños de bosque dirigido por Merche Palomino.| MAR IGLESIAS
Los conceptos de bosque terapéutico y baños de bosque eran algo novedoso en el Bierzo hasta que la agrupación cultural Bierzo Vivo de esa pedanía ponferradina de Villar de los Barrios, liderada por Nicolás de la Carrera, decidió llevarlos a cabo. Lo hizo desde el escenario de sus castaños centenarios y heridos, muy dañados por el chancro, que ahora ha comenzado a recuperar.

En esa recuperación, el paseo entre sus ramas y la nueva definición de castaño, no destinado a la producción, sino más maderable, esbelto y consumido por los líquenes, obligó a querer mimarlo. Y en esa pretensión, surgió el mimo mutuo. Nació así el proyecto re recuperación del soto de Villar, comenzando a inocular a sus ejemplares para salvarles del chancro que les asola y, por otro lado, la intención de crear en Villar el primer bosque terapéutico berciano.

Como avanzadilla a ello, Bierzo Vivo estrenó este verano un programa de «Baños de Bosque». Un mes con cuatro sesiones acompañadas de monitores madrileños y bercianos que hicieron sentir lo que palpita en el bosque. Acariciar el musgo del suelo, tapizado por hojas derribadas por el otoño o por el calor del verano y percibir lo que no sale al paso del camino, sino que se busca dentro de las sensaciones propias, es un acercamiento nuevo a los castaños ancianos.

Cristina Martínez, Céline Girardon y Merche Palomino dieron las claves para descubrir «el privilegio de sentir»abriendo la puerta al bosque y a los sentidos. Y el berciano José Ángel Rodríguez le puso música en una noche especial, un viaje de sonido con cuencos tibetanos que marcaron también una nueva experiencia. Todo con el tapiz erguido de los castaños que ya han sido inoculados para curarse.

Mientras, Villar sigue mimándolos, desbrozando los tres kilómetros de ruta que los circundan y haciéndolos crecer con hermanos nuevos.

De hecho se han plantado ya otros 200 ejemplares autóctonos para llenar ese bosque terapéuticofuturo. En colaboración con la Ciuden se pudo realizar esa plantación protagonizada por voluntarios.

El soto ha pasado del olvido a protagonizar un documental dirigido por Albert Cervera, fundador de la consultoría Simbiotia y especializado en la creación de proyectos innovadores de dinamización socioeconómica vinculados con la naturaleza y la salud.

«La llamada del bosque» despega en la intención de conocer la vida rural al lado del soto, de sus gentes y en la reflexión de regresar a la naturaleza como terapia. Un concepto que ya se maneja en zonas como Japón o Corea del Sur y que sigue creciendo en las intenciones de Bierzo Vivo, que continúa ideando nuevos proyectos para avanzar en dar a conocer su riqueza natural, como hacer del soto el escenario de algún encuentro musical.
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