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Bandera incolora

13/10/2017
 Actualizado a 17/09/2019
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Las castañas se secan antes de caer del árbol y subiendo hacia Montes de Valdueza, el río Oza parece un arroyo medio seco en algunos tramos y seco del todo en otros.

En Fornela, los paisanos de Chano miden el caudal del Cúa desde el puente de la carretera y calculan una cuarta de anchura menos del cauce cada semana, fijándose en las piedras que hace días estaban bajo el agua y ahora están al descubierto.

Hay gente torrándose al sol y bañándose en las playas de Asturias y de Galicia a mediados de octubre y los helicópteros anti incendios ya no encuentran lugares donde coger el agua estancada para apagar las llamas que siguen creciendo como las setas por los montes del Bierzo. Sólo que las setas no salen, ni saldrán, por la pinta.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) anuncia lluvias para el próximo domingo 15 de octubre. Sólo una posibilidad del 25% de precipitaciones. En la previsión a siete días marca también lluvia para lunes, martes y miércoles, entre el 75% y el 90% de posibilidades de que llueva.

A ver si esta vez aciertan, porque a lo largo del verano llevan varias de sí, pero no. Ponen un 80% de lluvias para dentro de siete días, y según van pasando las jornadas el porcentaje se va reduciendo al 60% al 45% al 30%, al 5%, y la nube gris con gotas se convierte en un sol reluciente que quema sólo de mirarlo en el móvil.

Un sí pero no al estilo Cataluña, dejando con la miel en los labios a un montón de ilusos que espera salvar la huerta, lo que queda de jardín, o que reza para que no empiecen a cortar ya el suministro en las casas.

He oído decir a alguien que sabe mucho que la próxima guerra que haya será la guerra del agua. La guerra por la imprescindible. Y que podemos seguir ondeando banderas del color que sean. Con las franjas más anchas o con las franjas más estrechas, porque al final todas tienen los mismos colores. Y podemos seguir peleándonos por la tierra. Por ser de allí o por ser de aquí, por llamarnos de una manera o de otra.Pero cuando no haya agua que moje esa tierra a la que nos empeñamos en poner nombre,apellido, etiqueta y rayas, esa sí que va a ser gorda. Y para arreglar el tema no valdrán ni las banderas rojas y amarillas de franjas anchas. Ni la de franjas estrechas. Ni siquiera las banderas blancas, porque con el cielo hay pocos que dialoguen de tú a tú. Será una bandera incolora, inolora e insípida la que vamos a tener que defender todosJunts pel Sí, o Sí que es Pot o como sea. Pero tampoco serviráncartelillos burlescos con frases ni en catalán ni en chino ni en arameo ni nada. Así que a ver si nos centramos.
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