Balboa, cuando el filandón es performance

Bajo Teja, una plataforma de creación artística en torno al medio rural, celebró el pasado fin de semana un encuentro sobre tradiciones

Fulgencio Fernández
07/07/2022
 Actualizado a 08/07/2022
Uno de los grupos participantes en el filandón escucha una grabación en la que una mujer de la comarca explica lo que fue la vida en la zona. | F. FERNÁNDEZ
Uno de los grupos participantes en el filandón escucha una grabación en la que una mujer de la comarca explica lo que fue la vida en la zona. | F. FERNÁNDEZ
No se le puede negar al eterno filandón, patrimonio inmaterial y lugar de culto ala palabra, la capacidad de adaptarse a los tiempos. Después de décadas de olvido a nivel oficial —mientras se seguía celebrando sin saberlo en tantas casas—tuvo un auge inusitadocomo filandón literario de la mano de los escritores Luis Mateo Diez, José María Merino y Juan Pedro Aparicio, que lo llevaron por medio mundo; vinieron después filandones adaptados a los espacios y circunstancias, con algunos filandoneros, música... lo que el profesorPaco Flecha definió con acierto como filandón 2.0, que tuvo una variante que llamó filandón vermú, por la hora de celebrarlo. Y este pasado fin de semana la localidad de Balboa acogió una modalidad diferente, que en los propios carteles del evento figuraba como ‘Performance: Vamos a hacer un filandón’. Fue en la palloza de Chis y con el asesoramiento y la colaboración del activo colectivo Filandón Berciano, que también les hablaron de un buen número de tradiciones, leyendas o ritos de esta tierra.

Una mirada diferente para un grupo de jóvenes llegados de media España, ninguno de ellos de León, lo que daba otro sabor a este encuentro celebrado en Balboa por iniciativa de la Plataforma Bajo Teja, que opera desde un pueblo de Ávila y según explica Alex, uno de sus integrantes: «Promovemosla creación artística en torno al medio rural. Aspiramos a luchar contra la despoblación desde el ámbito cultural y a rescatar el patrimonio material e inmaterial de la Comarca de El Barco de Ávila-Piedrahíta. La experiencia nos ha enseñado que las zonas afectadas por el éxodo rural y la centralización de la oferta cultural son especialmente vulnerables al aislamiento.Por ello, defendemos la creación de nuevas redes que mantengan vivas y actualicen las costumbres, tradiciones, miradas y artes de los pueblos». Y ahí es donde entra el filandón, protagonista en el encuentro que coincidió a su vez con el Festival de Música y Arte Observatorio, que trajo a Balboa un nutrido grupo de jóvenes que disfrutaron de la naturaleza, con salidas por la comarca,conciertos, talleres...

- ¿Y cómo nace una idea así, una plataforma como Bajo Teja?

-Pues fue durante la pandemia, la situación que vivimosha hecho que nos cuestionemos la configuración de los espacios en que vivimos. ¿Qué lugares deseamos habitar? Desde esta pregunta, muchos de nosotros sentimos la necesidad de reconectar y aprender de lo rural. Aspiramos a construir un hogar sostenible, con un ritmo más humano y en convivencia con lo natural. Volver a las coordenadas olvidadas supone, precisamente, recuperar otra forma de vida.

Y ahí apareció Balboa, un lugar ideal. Curiosamente mientras la capital del municipio vivía una inusitada ebullición de jóvenes, el parking lleno, muchos bañándose en el río, puestos y chiringuitos diversos... a muy pocos kilómetrosse vivía otra noticia, la del cercano pueblo de Fuente de Oliva que no hace mucho pidió irse a la comunidad gallega al sentirse abandonado y esa misma semana se había ofrecido para albergar la Agencia Aeroespacial, buscando una salida a su olvido. Algunos medios de comunicación iban de paso hacia el pueblo, pero no había nadie este fin de semana, a los cinco vecinos les había surgido un compromiso fuera; la filosofía de Bajo Teja se hacía más necesaria que nunca.
Y Balboa lleno a rebosar, especialmente para los conciertos. Y aquellos jóvenes encantados con la experiencia, con la magia y la belleza del lugar, con las historias de un filandón que jamás hubieran imaginado su existencia.

Prometieron volver la mayoría de ellos, atraídos por la historia y loos versos de Antonio Fernández y Morales en su poema ‘O Fiandon D’Aldea’: «E mentras ô viño novo os demas lle fáin visitas, non falta un tolo óu un bobo que fale d’ o grado, lobo é d’ a raposa é d’ as pitas».

Balboa volverá a ser filandón.
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