Bajo presión

21/06/2016
 Actualizado a 13/09/2019
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La vida parece girar en torno a la presión, cada vez más gente se siente presionada, cada vez más gente presiona a los demás. El acoso parece adueñarse del mundo, la sociedad se muestra cada vez más desquiciada. Sufrimos presión en el trabajo, presión en la comunidad de vecinos, presión en las aulas de colegios e institutos, se conforman grupos de presión en todos los ámbitos.

Cuando los objetivos de ciertas personas chocan con la lógica y lo que es justo, surgen los conflictos de intereses, lo que nos conduce a una confrontación permanente entre personas. Una cosa es confrontar y otra muy distinta es presionar, coaccionar o acosar. Cada vez es más preocupante el aumento de los casos de ‘mobbing’ en el ámbito laboral, pero es más preocupante aún la escalada de lo que ahora se denomina ‘bullyng’ en las aulas escolares, los niños y adolescentes que en un futuro pasarán a ser trabajadores.

Quizá debamos analizar lo que está ocurriendo más detenidamente, y corregir todo lo que nos está llevando a esta situación. La sociedad traslada esta nueva forma de entender la vida a los jóvenes, les educan en esta nueva cultura, la cultura de los depredadores, de la competencia, de la frustración.

Cada día proliferan más las personas cuya máxima es el acoso, la presión. Quizá el problema sea que cada vez haya más personas frustradas, personas fracasadas ante las incesantes exigencias de la nueva sociedad. Personas mediocres que sólo pueden creerse superiores cuando acosan a los demás, cuando maltratan a los demás por miedo a perder su supremacía, cuando acosan a las personas porque se saben con menos más valía que los demás.

No son casos aislados, es un peligro latente, de una forma de vivir que se está haciendo crónica, un sistema de vida que cada vez cuenta con más adeptos. Desde luego ese no es el modelo de sociedad que nos gusta a muchos, y menos la que queremos para nuestros hijos. Cambiemos las cosas cuando estamos a tiempo.
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