Badajoz 3 - 3 Cultural: 'Un partido loco, un punto agridulce'

La Cultural empata ante el Badajoz tras ponerse hasta tres veces por delante en el marcador en un partido en el que los leoneses sufrieron lo indecible en defensa

Alejandro Cardenal
02/10/2021
 Actualizado a 03/10/2021
Klinar conduce un balón durante el encuentro. | CDBADAJOZ
Klinar conduce un balón durante el encuentro. | CDBADAJOZ
La Cultural sacó un punto de su visita al Badajoz en el Nuevo Vivero (3-3) en un partido loco en el que los leoneses se pusieron hasta tres por delante en el marcador, pero que nunca tuvieron controlado. Y es que la inspiración de cara al gol, con la estrategia siendo clave una semana más, contrastó con una fragilidad defensiva que ya no es anécdota y que está siendo un lastre en este inicio de curso.

Trece goles han encajado los leoneses en los seis primeros partidos de Liga, y ante los blanquinegros quedó claro por qué. Cada balón que sobrevoló el área fue un martirio para un equipo que no supo o no pudo manejar el ritmo las veces que tuvo el encuentro de cara y se tuvo que conformar con un punto que deja un regusto agridulce, el sabor de lo que pudo ser y no fue.

También es verdad que el rival no lo puso fácil. Dicen los entendidos que en un partido entre dos equipos con una personalidad muy marcada, el que renuncia a su estilo tiene muchas papeletas de salir trasquilado. Lo de ser fiel a tus ideas suena muy bien sobre el papel, pero una vez en el césped y con las pulsaciones disparadas, los planteamientos, muchas veces, pasan a un segundo plano.

Fue lo que sucedió este sábado en el Nuevo Vivero. En un duelo entre dos candidatos al ‘playoff’ no hay margen para ‘purismos’ y desde el inicio tanto Cultural como Badajoz se enzarzaron en una guerra sin cuartel, convirtiendo cada posesión en una batalla por la supervivencia.

Así, aunque la Cultural trató en un primer momento de poner algo de serenidad saliendo con el balón controlado desde atrás, la presión asfixiante propuesta por Óscar Cano dinamitó muy pronto los planes de Ramón González y convirtió el choque en un correcalles infernal.

Lo que no tuvo en cuenta Cano es que a los leoneses les va la marcha. Ya lo demostraron ante el Promesas y ayer volvió a quedar claro en una primera parte de absoluta locura.

Cinco minutos le costó a la Cultural romper la que era, hasta su llegada, la mejor defensa de la categoría Cinco minutos le costó a la Cultural romper la que era la mejor defensa de la categoría. Lo hizo, como no podía ser de otra manera, a balón parado, con una falta lateral magistralmente botada por Solís para el remate picado de Jorge Moreno.

El tanto, lejos de tranquilizar el choque, lo aceleró aún más, aunque los pacenses, que colgaron balones desde todos los frentes, tenían más intensidad que acierto. Hasta que llegó el empate. El Badajoz ‘plagió’ a los leoneses y Gorka, recién cumplida la primera media hora de partido, se encontraba en boca de gol un balón peinado tras una falta lateral que no desaprovechó.

El primer tanto del central dio paso a diez minutos de infarto, con tres goles y un sinfín de ocasiones. Aarón golpeaba primero con un testarazo a un saque de banda de Galas, pero Gorka, también de cabeza, volvía a poner las tablas en el marcador. Con el Nuevo Vivero todavía celebrando el segundo tanto del zaguero llegó el de Solís, que recibió en la frontal y no se lo pensó dos veces, sorprendiendo a Limones con una rosca que se envenenó tras rozar en un defensa.

Solo el paso por vestuarios consiguió bajar las revoluciones del partido. Y la Cultural lo agradeció Solo el paso por vestuarios logró que el partido bajase de revoluciones. Agradeció la Cultural un poco de calma, porque pese a la ventaja en el marcador, los de Ramón González dieron la sensación de jugar en todo momento a lo que querían los locales.

Así, la segunda mitad transcurrió con relativa calma hasta la entrada de Santamaría. Con el ariete en el césped, el Badajoz recuperó el ímpetu que parecía haber perdido en los primeros compases de la segunda mitad y el partido volvió a entrar en ebullición. Fue precisamente el delantero el que logró poner de nuevo el empate en el ecuador del segundo acto con un cabezazo en el primer palo que premiaba la mejoría de los locales y volvía a dejar todo por decidir.

Sin embargo, cuando todo el mundo esperaba un nuevo acelerón, el partido se desinfló. A leoneses y pacenses les pasó factura el desgaste de una primera hora de partido frenética y salvo un par de arrancadas de Sergio Benito y Santamaría y algún chispazo de Aarón, tanto Frías como Limones no pasaron apuros y el empate fue definitivo.
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