"Ayuntamiento y Diputación deben remar en la misma dirección y hacer atractiva la visita a León"

Entrevista al presidente de la Unión Hotelera, Manuel García

David Rubio / Alfonso Martínez
18/09/2022
 Actualizado a 18/09/2022
El presidente de la Unión Hotelera de León, Manuel García, durante la entrevista. | JESÚS F. SALVADORES
El presidente de la Unión Hotelera de León, Manuel García, durante la entrevista. | JESÚS F. SALVADORES
Manuel García es presidente de la Unión Hotelera de León y director del Conde Luna y el Alfonso V, gestionados actualmente por Barceló. En esta entrevista, hace balance del verano que está a punto de terminar, fija las previsiones para los próximos meses y recuerda los efectos que la pandemia ha tenido en la actividad turística.

– ¿Qué balance general hace del verano que termina?
– El balance ha sido positivo. Mayo y junio fueron muy buenos, pero las expectativas de cara al resto del verano nos dejaban muchas dudas. Dada la situación en la que nos encontramos, con el precio de los combustibles, la inflación generalizada y el calor extremo que hacía, teníamos serias dudas de que el verano fuera a dejar ocupaciones como las que habíamos previsto, que eran similares a las de 2019. Es cierto que la primera quincena de julio fue más floja, que fue lo que nos preocupó un poco, pero luego arrancó. Todo muy a última hora, pero hacemos un balance positivo del verano.

– ¿Cómo está afectando la crisis energética e inflacionista al sector?
– Con independencia de que la ocupación se haya recuperado después de la pandemia, tenemos un importante problema con los costes. Hemos tenido un incremento, sobre todo en el suministro de luz y de agua, que hace que se nos vaya la mayor parte del beneficio. Ahora que se va el covid nos llegan la guerra de Ucrania, los problemas con los suministros y los costes de las materias primas. Frutas, carnes, verduras, pescados… Y sobre todo la luz y el gas. Para nosotros es imposible repercutir totalmente ese incremento en el precio que le cobramos al cliente, por lo que al final nos toca ganar un poquito menos en los meses buenos y perder en los malos. Ahora que empezábamos a levantar cabeza, lo que nos entra por un lado se nos va por el otro.

– ¿Qué previsiones manejan para estos meses de otoño?
– En León el otoño nos trae la vuelta de la corbata y nos hace perder la chancla. A partir de mediados de septiembre, el cliente vacacional deja de venir, aunque nos queda el de fin de semana, que afortunadamente sigue siendo fiel. Todos los fines de semana tenemos ocupaciones muy buenas. Y el cliente corporativo retoma su actividad tras las vacaciones y viene con fuerza y con ganas en septiembre y octubre de volver a hacer reuniones, de visitar a sus clientes. De lunes a jueves, en otoño y en invierno vivimos de viajantes, de comerciales, de representantes y de directivos, que son los que nos mantienen unas ocupaciones decentes en estos meses entre semana. A día de hoy, las expectativas son positivas para septiembre. Y octubre pinta bien gracias al puente del Pilar, que siempre nos ayuda. No me atrevo a hablar más allá, porque si miramos lo que tenemos en los libros de reservas para noviembre y diciembre, yo creo que la gente está a la expectativa de ver lo que ocurre en este país, de ver qué es lo que acontece. El puente de diciembre suele ser muy bueno en León con el Purple Weekend, pero a día de hoy todavía está muy parado, así que vamos a ser muy cautelosos.

– Nuestra última entrevista fue justo un año antes de la pandemia. ¿Cómo valora lo que se ha vivido el sector hotelero desde entonces?
– Muy duro. Yo lo he vivido en primera persona y cerrar dos hoteles tan emblemáticos como el Alfonso V y el Conde Luna fue horroroso. Me pasé toda la pandemia con el Conde Luna cerrado, a oscuras, sin personal, cuidándolo con vigilantes por la noche y yo mismo durante el día… Ver así un establecimiento donde entran 20.000 personas al mes es terrible. Muy duro y con mucha incertidumbre, porque al principio nadie creía que íbamos a estar prácticamente dos años con esta lacra del covid. Pensábamos que en cuatro o cinco meses iba a pasar, pero se fue alargando. Fue una situación complicada, porque un establecimiento cerrado solo genera gastos importantes de mantenimiento. Y cama que hoy no vendes, no la puedes vender dos veces mañana. Venimos de dos años muy duros. El verano del año pasado vimos un pequeño avance, pero luego volvimos atrás con las nuevas variantes en los meses de otoño e invierno. Nos afectó mucho en noviembre y diciembre con un montón de comidas y cenas de empresa suspendidas en fechas navideñas. El balance años es negativo y muy duro, pero también nos hace tener confianza en que de una vez por todas podamos levantar cabeza.

– Los datos reflejan que no se han recuperado aún los viajeros previos al covid, pero sí se superan con holgura los referidos a las pernoctaciones. ¿En qué ha cambiado el perfil de los visitantes? ¿Se quedan más que antes?
– La estancia media es uno de los deberes que tenemos en este sector y a nivel institucional. Desgraciadamente, la gente nos contempla como una ciudad de paso. La estancia media del periodo vacacional está en 1,6 o 1,7 días y el resto del año se queda en 1,4. Nadie se queda dos noches ye so es muy triste, porque además hay que tener en cuenta que muchas veces ese dato nos lo eleva el cliente corporativo que viene el lunes y se marcha el jueves. Es muy raro que el cliente vacacional se quede aquí cuatro días. León es un destino de paso y este año lo hemos visto aún más. La gente decide parar en León para conocer el Húmedo y ver la Catedral, pero al día siguiente se nos va a Asturias, a Galicia o hacia el sur. Es un deber que tenemos desde hace años y reclamamos a las instituciones que apuesten por el turismo, porque tenemos producto, tenemos cultura y gastronomía para que la gente pueda pasar uno o dos días en la ciudad y otros dos en la provincia.

– ¿Por dónde debe pasar la apuesta turística que hagan las instituciones a la hora de promocionar nuestra provincia como destino?
– Deben fomentar más la provincia. La promoción turística del Ayuntamiento de León se ciñe a la capital, mientras que el Consorcio se centra en la provincia. Y todos sabemos la poca unión que ha habido entre estas instituciones a la hora de comercializar nuestros recursos turísticos. Yo creo que lo primero es unirse y tener claro que el Ayuntamiento, la Diputación y el Consejo Comarcal del Bierzo deben remar en la misma dirección e intentar hacer atractiva la visita a León, que no sea solo ver la Catedral, que está muy bien, en tomar un vino y en irse a otro destino al día siguiente. Tenemos pantanos, lagos, estaciones de esquí, parajes naturales con un montón de actividades, la comarca del Bierzo… Y creo que la gente no lo aprovecha por no conocerlo o por no informarles bien de las opciones que tenemos en toda la provincia. Es necesario que se impliquen las instituciones y las agencias y turoperadores para vender incluso paquetes turísticos, aunque sea algo que cuesta más en provincias de interior, pero el futuro pasa por ahí.

– La llegada del AVE supuso un hito desde el punto de vista turístico. ¿Qué retos nos quedan ahora por delante? ¿Ha afectado de alguna manera a ese cliente corporativo a la hora de volver a Madrid en vez de dormir en León?
– Nadie puede decir que el AVE perjudica cuando llega a una ciudad. Sería absurdo decir eso. A nosotros nos abrió una vía a Madrid en dos horas que ayuda a que lleguen muchísimos turistas en periodo vacacional y los fines de semana. Pero también, si tú eres un comercial o un directivo que tienes que venir a León y antes no te quedaba más remedio que llegar, ver a tu cliente, cenar y pernoctar aquí y al día siguiente volver a tu destino, en este caso Madrid, pues ahora tienes la posibilidad de coger el AVE a las siete de la mañana llegar aquí a las nueve, venir trabajando en el propio tren, hacer tu trabajo y volver a casa a las cinco y media de la tarde. Sí que es cierto que el AVE nos ha beneficiado, lo notamos mucho con el de los sábados a mediodía, porque se llenan las recepciones, pero también es verdad que perdidos esa parte de cliente corporativo que ahora vuelve a casa después de hacer su trabajo.

– La pandemia ha frenado un poco la celebración de congresos en León…
– Es cierto. El covid sigue circulando, pero lo hace con menor poder dañino y la gente se está empezando reactivar. Es verdad que el teletrabajo y las videollamadas han llegado para quedarse. Esto nos ha hecho estar delante del ordenador más que nunca y nos ha abierto una vía para evitar desplazamientos que a lo mejor se pueden resolver con una videoconferencia. Esto, unido a ciertos temores en algunos sectores y en algunos eventos por congregar a muchas personas, hace que esté costando volver, pero ya estamos teniendo muchas peticiones para el año que viene y también este mes hay alguno pequeñito. En todo caso, hay mucha labor que hacer a nivel congresual en León. Todos sabemos cómo está el asunto del Palacio de Congresos, que no creo que al final se vaya a llevar a cabo. Tenemos un Palacio de Exposiciones que trata de hacer las veces de recinto congresual y, aunque tiene las carencias que tiene, lo poco que se está haciendo es bienvenido, porque nos ayuda a todos a llenar nuestras plazas.

– ¿Cómo valora el crecimiento de las viviendas turísticas en la provincia? ¿Están suficientemente regulados y controlados por parte de la administración?
– Siempre defiendo la misma tesis. Si esos establecimientos cumplen la normativa vigente y estén dados de alta, bienvenidos sean. No podemos luchar contra este tipo de alojamientos, porque están proliferando como las setas. Otra cosa es la cantidad de apartamentos y viviendas turísticas que se están reservando y vendiendo de manera ilegal y haciendo por tanto una competencia desleal a todos aquellos establecimientos de ese tipo que cumplen la ley y también a nosotros como alternativa de alojamiento. Es muy complicado, porque la administración no puede llegar a saber qué viviendas se están alquilando de manera ilegal si no hay denuncia previa por parte de un vecino o de cualquier persona que tenga conocimiento de estos hechos. Es muy difícil personarse y poder demostrar que una vivienda se está destinando a uso turístico. Es un tema que preocupa al sector en la provincia en el conjunto de Castilla y León, porque están proliferando mucho. Cada vez hay más opciones de vivienda de uso turístico, pero también entiendo que desde la administración es muy complicado controlar que tú en tu casa puedas ceder una habitación a través de la gran cantidad de portales de internet destinados a tal fin. Es complicado y preocupante, porque suelen ser alternativas de alojamiento más económicas y con más personas que hacen su estancia en esas viviendas pese a que antiguamente no le quedaba más remedio que ir a un hotel.

– ¿Existe la suficiente unión dentro de los hoteles leoneses a la hora de defender los intereses del sector ante problemáticas de este tipo?
– Sí que hay unión, porque al final todos los hoteles nos vemos perjudicados por este y otros problemas. Es cierto que estos dos años de pandemia han hecho que nos reunamos menos y también hay mucha rotación de directores, sobre todo en las grandes cadenas, que optimizan los puestos al encargarles la gestión de varios hoteles al mismo tiempo. Es verdad que a veces nos cuesta coincidir, pero sí tenemos claro que debemos remar todos en la misma dirección.

– Se ha reabierto San Marcos y se han puesto en marcha también nuevos hoteles en León. ¿Cómo valora este aumento de la oferta?
– Creo que la oferta actual es adecuada. Es cierto que en determinados días podrían faltar camas para poder atender toda la demanda, pero en ningún caso podemos olvidar que hay que mantenerlas todo el año. Siempre salen en los medios los datos de ocupación los días de más demanda, como Semana Santa o el puente de diciembre, pero a veces echo de menos esa llamada un 25 de enero o un 4 de febrero para ver cómo están los hoteles de León y publicar que estamos al 25%. Solo llama la atención cuando estamos llenos, pero estamos abiertos 24 horas al día y 365 días al año. Y tenemos días en los que podemos estar como un solar. Llenamos en determinadas fechas festivas, en algunas semanas en las que hay congresos o en periodos puntuales como los fines de semana, pero luego el resto del año sobran plazas. La temporada alta en León empieza en Semana Santa, porque los tres primeros meses del año son duros a nivel de ocupación y lo mismo podemos decir de los tres últimos.
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