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Ay que mi tío ya no meaaa

04/04/2021
 Actualizado a 04/04/2021
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En el pueblo, al menos en el mío, se habla perfectamente el latín, tal vez una variante dialectal de la comarca pero, a fin de cuentas, latín, que es la madre de casi todas las lenguas, lo que quiere decir que estamos preparados para afrontar el reto de hablar otros muchos idiomas. Lo que pasa es que no nos apetece, porque yugoslavos por aquí vienen pocos y los alemanes más que hablarte parece que te escupen. Y somos gente de dulzura en el decir.

Cuando más nos luce el latín –al margen de en la procesión de la Pandiecha de Gete– es en Semana Santa, cuando las tinieblas y el rosario de la buena muerte y esas cosas a la luz de las velas y la matraca de las carracas. En esos días el paisanerío, tal vez porque acababa de salir de las confesiones, se dignaba en acudir al coro.

Y cantar, en latín claro, que uno no se digna retomar los cultos para cantar «qué alegría cuando me dijeron» y otras melodías de tono menor.

Aquel latín a oscuras y con voces calentadas a base de orujo retumbaba como si se fuera «a rasgar el velo del templo» –que diría el Levítico– y encogía las almas de los rapaces que veíamos como un milagro, que lo era, a aquellas gentes que cantaban idiomas que no debían conocer, como el latín.

La verdad es que no era una variante dialectal común, cada uno tenía la suya y Danielito cantaba sus estrofas, don Basilio otras más trabajadas –que para eso tenía Don–, Mael viajaba por libre, Gerardo con ritmo de Cuba, donde había estado, y Tomás en latín canónico y académico, que para eso cualquier cosa que leía o escuchaba se le quedaba grabada para la eternidad.

Y todas las variantes posibles de los latines confluían en un final conjunto que decía «meaaaa». Así acababan todos los versos, o versículos.

De hay que Angelillo y Montanel, de raza socarrona, se sumaban al coro y en medio de tantos latines colaban sus propios versos, que para nada desentonaban del maaaa general.

– Ay que mi tío ya no meaaaa; interpretaba Angelillo.

– Calla, calla, so cabrón, que tu tío ya meooooó.
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