fulgencio-web-1.jpg

¡Ay diosico! El acabose

12/07/2020
 Actualizado a 12/07/2020
Guardar
Salierona flote las dos frases que preceden al acabose: «Ay diosico, ¿en qué daremos?», que deja abierto el boquerón de la incertidumbre,y ya la definitiva, «esto son cosas de los demonios». Que ya se sabe que cuando diosico y los demonios cabalgan juntos la cosa no tiene salida. «Aberrunto pufo», que decía Angelillo cada vez que el periódico contaba que la Nasa se iba a instalar en Matallana o cosas por el estilo. Claro que andaba escaldado porque él la primera vez que anunciaron la Escuela de Pilotos puso una tienda de escafandras, que se iba a hacer de oro, y ahí las tiene todas en la tenada, cogiendo la polilla, que le pasó como a Fernando, El Tocinero de Sabero, que dejó la funeraria pero le quedaron 20 ataúdes en el almacén y cuando pasas por allí te los enseña a ver si tienes algún pariente que ya cancanea de las patas de atrás y te interesa una ganga. «Están acolchados, muy cómodos», dice el paisano intentando dar salida al producto y como garantía te abre uno: «Mira éste, es el mío, comodísimo».

- Dan ganas de morirse.

- No, eso no.

Tiene razón, que una cosa es estar cómodo y otra muy otra, que diría Ataúlfo el comunista, querer morirte porque lo tengas «to pago»; que aquel cura de Cebanico vivió casi cien años y hacía 30 que tenía el ataúd en el salón porque no quería dejar pufos pues solo tenía familia lejana.

- ¿Qué es familia lejana?

- En Bilbao viven la mayoría.

Si era lejana para aquel entonces porque había que ir en el tren de la Feve y no podías volver en la semana, que ni asomo del Ave ese que tanto ponderan los que lo trajinan.

Vuelvo al suco que hoy sí que me esnorté. El inicio de la cosa iba en lo tocante a que se acerca el acabose y mira si se acerca que ya no me quedan ni dos líneas.

Pues adiós. El acabose.
Lo más leído