Aventura en el Alto Bernesga

El río Casares ofrece un entorno espectacular en el que disfrutar de la pesca y la naturaleza dentro de la Reserva de la Biosfera

Rodrigo Prado Núñez
13/06/2020
 Actualizado a 13/06/2020
Pescando en el río Casares. | R.P.N.
Pescando en el río Casares. | R.P.N.
El Río Bernesga, que da nombre a la Reserva de La Biosfera, tiene una longitud de 82,60 kms, nace en la cordillera cantábrica y desemboca en el río Esla.Sus afluentes más importantes son los ríos Rodiezmo, Casares, Torío, Camplongo y Fontún. Todos ellos interesantes y aportadores de aguas frescas de montaña. Pero hoy la aventura de pesca se desarrolla en el río Casares.

Saliendo de León ciudad, dirección Gijón por la N-630, pronto los márgenes de la carretera se llenan de verde, de árboles, de campo. A lo lejos, en el horizonte, las cumbres destacan y brillan ante un sol incipiente, te atraen. Al pasar La Robla, el río Bernesga marca la ruta. Es río corrientoso y aunque circulas en direccion contraria te acompaña hacía la montaña, cruzas un puente, Puente de Alba, y el río discurre por el lado izquierdo de la marcha. Las mañanas, a pesar de que estamos en junio, son frescas, pero fácilmente a mediodía se alcanzaran los 20º. Las reflexiones en torno a la vida cotidiana desaparecen, mientras el río juega a esconderse y aparecer entre arboles y prados. Se pasa por Buen Suceso, justo al lado de su ermita, a la salida de La Pola de Gordón se toma un cruce a la izquierda dirección al puerto de Aralla.Anclado en la orilla de la carretera un cartel te muestra que estamos en Beberino y unas flechas amarillas indican el camino de San Salvador, otro cruce, Puente San Pedro y el camino se pierde dirección Buiza. La Ruta de San Salvador constituye la variante Norte del Camino de Santiago, que desde la Real Colegiata de San Isidoro en León llega a la ciudad de Oviedo para visitar la Capilla de San Salvador, continuando hacia el oeste camino de Santiago de Compostela. La ruta sigue un trazado casi paralelo al río Bernesga, hasta Arbas del Puerto, donde la Colegiata de Santa María es uno de sus grandes hitos. Continua por el puerto de Pajares y desciende por la vertiente norte de la Cordillera Cantábrica siguiendo el cauce de los ríos Lena y Caudal. Dentro de La Reserva los pueblos por los que pasa esta ruta son: Peredilla, Nocedo, La Pola de Gordón, Beberino, Buiza y Poladura de la Tercia.

El pescador se encontrará con un río técnico, estrecho y de mucha vegetación, pero con truchas de gran libreaEs frecuente observar como un águila planea con sus alas extendidas por un cielo que parece dominar, es otra dimensión. El Pico del Fraile es testigo fiel a todo lo que allí pasa. Se vaya o no a pescar, solo contemplar esta naturaleza agreste te hará gozar. «Quien ha escuchado alguna vez la voz de las montañas, nunca la podrá olvidar». Este proverbio tibetano para nada exagera el poder, la influencia y esplendor de estas montañas. Protegido por estos cerros que cautivan, viaja un río cristalino y cantarín, el Casares, afluente del que hasta ahora nos acompañaba. Al respirar se nota un aire limpio y repleto de oxígeno. La orografía de este territorio te permite un amplio abanico de disciplinas deportivas. El artista se puede recrear, el senderista descubrir lugares increíbles, y el pescador…hay el pescador, el pescador se encontrará con un río técnico, estrecho y con mucha vegetación, pero con la recompensa de que atesora unas truchas salvajes con una librea impresionante y que puedes disfrutar hasta el 31 de agosto, desde el azud situado aguas arriba de la localidad de Geras de Gordón, hasta su desembocadura en el río Bernesga.

La zona no solo es un gran destino para el pescador, sino también para el senderista o el artistaPasando Cabornera ya te puedes disponer para pescar. Arma la caña y dispón la maquina fotográfica. Elije una mosca, si es del artesano y maestro Benito mejor, por ser un gran conocedor de la entomología acuática de la zona. Ya puedes pescar. Enseguida llegarán sorpresas, un mirlo acuático que salta de piedra en rama y te entretiene, mariposas, libélulas y vegetación, mucha frondosidad. Aquí el agua representa la verdad, todo es por ella. Río arriba, sigue pescando, observando, disfrutando, fotografiando. Una libélula reposa en una musgosa roca, una pequeña cascada rompe el agua y el silencio. Solo su sombra, en el fondo del río, delata la presencia de una preciosa trucha que parece descansar en la sombra de una roca. Una mariposa resalta su colorido en la verde vegetación. Una lagartija se esconde a tu paso, mientras una rana luce vitalidad. Esto, todo esto, es lo que podrás mostrar en algunas de tus instantáneas. Momentos increíbles que reflejan la hermosura de un mundo salvaje. La mezcla de la belleza, la gama cromática y el entorno natural hace aflorar los sentimientos más íntimos. Esto no es un imaginario lugar, esto es real, es el valle del río Casares, Geras-Beberino, que figura en el inventario del patrimonio de la Reserva de la Biosfera Alto Bernesga como lugar singular desde el punto geológico. Es un lugar encantado.
Sigue pescando, pero solo donde la cerrada vegetación te deje.

Cuando llegues a la ermita del Santo Cristo de Geras, que data del siglo XVIII, y hagas balance antes de ir a almorzar, te asombraras de cuantas imágenes y paisajes, cuanta flora y fauna, cuanta emoción y cuanto que agradecer. No grandes, pero seguramente pescarás muchas truchas salvajes y esquivas. Disfrutaras de una magnifica aventura de pesca y regresarás con ganas de repetir.
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