10/01/2020
 Actualizado a 10/01/2020
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No voy a hablar del Lexit: me han preguntado mi opinión en un periódico nacional, he firmado el famoso manifiesto con otros escritores, periodistas y leoneses en general. Lo he pregonado por las redes sociales. Pero hay algo de lo que no he hablado: de ser positivos. He caído en la trampa.

Nos han robado nuestra identidad y sin identidad no hay autoestima. Empecemos a reconstruir la autoestima. Ya hay gente haciéndolo. Todos los que trabajan cada día en la provincia. Yo puedo hablar de mi ciudad, de La Bañeza y comarca. Puedo hablar de jóvenes que se quedan, que avanzan, que modernizan el negocio familiar; ahí están dos confiteros, Sergio de Conrado y Ordoño de Imperiales Alonso, sangre nueva que apuesta por su tierra. Puedo hablar de la gente del mundo del vino, de Miguel Ángel de Fuentes del Silencio en Herreros de Jamuz, de Luismi de la Hacienda que va a sacar su primera añada, de José del Capricho que también. Están invirtiendo en nuestra tierra, en revitalizar las viñas y hacer buenos vinos que pongan nuestro nombre en el mapa vitivinícola español e internacional. Son puestos de trabajo, es una vía nueva por explotar. Puedo hablar de escritores y poetas, de cómo Antonio Colinas ha decidido dejar su colección y su huella en la Casa de la Poesía en La Bañeza. Cómo organizará cursos, seminarios, cómo atraerá a gentes de la cultura. Podría haberla donado a la Universidad de Salamanca, a la de Valladolid o a la Biblioteca Nacional y ha elegido, contra viento y marea, su tierra. Puedo hablar de artistas como Sebastián Román que crea mundos enteros desde su taller cerca de Castrotierra. Puedo hablar de pequeños empresarios que levantan almacenes para el grano, que abren tiendas, bares, negocios por internet. También de grandes empresarios de la alimentación que llevan nuestro nombre a los supermercados de todo el país. Puedo hablar de deportistas y sus entrenadores, que ganan medallas de socorrismo, de piragüismo, de atletismo. Puedo hablar de agricultores y ganaderos. Puedo hablar de músicos, de esa tradición que recorre nuestra comarca, y de la escuela de música y la banda municipal. Puedo hablar de amigas que pelean en política por los derechos de las mujeres y por la igualdad. Puedo hablar de amigas que levantan sus casas de piedra con métodos tradicionales como si proclamaran ‘éste es un buen sitio para vivir’. Puedo hablar de que existe un pueblo que tiene fe en su tierra y que ya la está sacando adelante y que podemos hacer que eso crezca. De eso puedo hablar, de eso hablo. Seamos optimistas, creamos en nosotros mismos.
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