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Ausencias de memoria

06/07/2021
 Actualizado a 06/07/2021
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En esta última semana hemos sido testigos de los estragos que llega a sufrir nuestra memoria. Tal vez, o así quiero pensarlo, más que una realidad simplemente se trate de una precampaña publicitaria para terminar vendiéndonos un fármaco milagroso que destruya las pérdidas de memoria que tan acusadas se vienen presentando últimamente.

De un lado, nuestro Arnold Schwarzenegger español (lo digo por lo de actor y político, no por los músculos…) parece haber olvidado sus duras críticas a los ‘chiringuitos’ que tan frecuentemente se dan en nuestro país. Por muy unipersonal que sea el ‘garito’ no podemos olvidar que resulta, una vez más, un cuento chino, ah no, perdón, español, para justificar el aumento de la cuenta bancaria de este señor. Sin embargo, cada vez somos más aficionados a sufrir esas pérdidas de memoria transitorias e interesadas, pues… como se dice por ahí « ¡qué me quiten lo bailao!», unos días de burlas y críticas, y unos cuantos años de un salario más que digno…

De otro lado, un gran número de adolescentes y no tan adolescentes, en la gran inmensa mayoría de los casos ya en la consideración de adultos (pues o lo somos para todo o no lo somos para nada), han olvidado en apenas un par de noches lo vivido durante los últimos quince meses. Quizá, alentados por la euforia de nuestro presidente y por la desaparición de medidas cuando la incidencia nunca ha bajado lo suficiente, se ha borrado de su memoria que aún estamos en pandemia, que la cosa no ha terminado, y que sus actos repercuten en todos los demás. Pero, parece que una vez más la reacción es: « ¡qué me quiten lo bailao!».

Y ya por último, me parece que nuestro Macario de la tele ha debido de cambiar el ¡Ay qué conteeeento estoooy!, por un grito de guerra algo menos entusiasta, cuando a su Gepetto se le ha puesto en el camino algún que otro escollo, más bien propio de uno de sus guiones en los que tantas veces ha satirizado con situaciones como las que vive ahora en primera persona, y es que en su caso, la pérdida de memoria, ha estado presente de manera permanente durante muchos años.

Pero hablando de memoria, en estos días se me ha activado el baúl de los recuerdos cuando he visto que hasta el pasado 30 de junio aún se podían cambiar en el Banco de España nuestras anheladas pesetas por euros. ¡Qué rápido nos olvidamos de ellas!, ¿verdad? Esa capacidad de olvido selectivo o adaptativo, me hace preguntarme si dentro de poco seremos espectadores del fin del concepto de moneda que tenemos actualmente, porque cada día, las conocidas como criptomonedas van tomando importantes posiciones en el mercado.

Desde que en el año 2008 se crease el bitcoin, comenzando así la materialización de la tecnología blockchain, ha ido sufriendo un avance que preocupa especialmente por la falta de una regulación normativa unificada, lo que da lugar, a su fácil uso para cometer fraude fiscal, como consecuencia de que la identidad de los participantes es anónima, las transacciones son peer-to-peer, es decir, entre pares, y dado que el acceso a la información por parte de las autoridades financieras es muy limitado. Concurren, por tanto, los elementos definitorios de los paraísos fiscales, ya que son ganancias que no están sujetas a imposición y aseguran el anonimato.

En nuestro país, como novedad legislativa, cabe advertir que la nueva legislación sobre Prevención del Blanqueo de Capitales aprobada el pasado 28 de abril regula las obligaciones de las empresas proveedoras de servicios de intercambio de criptomonedas. La nueva regulación, que tiene su origen en la llamada Quinta Directiva Europea sobre Prevención de Blanqueo, obligará a registrarse y a verse supervisados por las autoridades a los proveedores de servicios de monedas virtuales, los servicios de cambio de moneda virtual por moneda de curso legal, o viceversa, y los proveedores de servicios de custodia de monederos electrónicos.

Todo ello se produce, además, a la espera de la aprobación del próximo Reglamento Europeo relativo al mercado de los cripto activos, conocido como reglamento MiCA, que va a suponer una completa regulación del sector de las criptomonedas, y de los criptoactivos en general, y en el que se van a establecer: unas definiciones comunes de los diferentes conceptos; un marco regulatorio común para la autorización y condiciones de funcionamiento de los proveedores de servicios de criptoactivos; unos requisitos sobre transparencia e información en relación con la emisión, funcionamiento, organización y gobernanza de los proveedores de servicios de criptoactivos; reglas comunes para la protección del consumidor y la prevención del abuso de mercado; una regulación de las ofertas públicas de criptoactivos y sus comunicaciones publicitarias y unos procedimientos unificados para la autorización de emisores de tokens referenciadas a activos y de emisores de tokens de dinero electrónico.

Todo hace apuntar que las criptomonedas han llegado para quedarse, cuestión distinta es si conseguirán desbancar a la moneda como actualmente la conocemos y si harán la suficiente mella como para relegarla de nuestra memoria, padeciendo ese mal del borrado de software que a tantos afecta últimamente y que muchas veces parece más bien interesado que indeseado.
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