Auschwitz

El ser humano es responsable de numerosas atrocidades cometidas a lo largo de la historia; auténticas salvajadas que bien sirven para escribir el guion de una película de terror… de esas que están basadas en hechos reales…

Un buen ejemplo de ello es Auschwitz, centro del Holocausto, de cuya inauguración se cumplen ochenta años justamente hoy. Desde su apertura el 20 de mayo de 1940 hasta su liberación por el ejército soviético el 27 de enero de 1945, recibió en torno a 1,3 millones de personas, de las que casi el 85 % –judías en su inmensa mayoría– acabaron siendo allí asesinadas.

El 27 de abril de 1940, apenas unos meses después de la invasión alemana de Polonia que marca el inicio de la Segunda Guerra Mundial, Heinrich Himmler –jefe de las SS y una de las manos derechas de Hitler– decidió construir en la ciudad polaca de Oświęcim –Auschwitz en alemán–, a partir de unos barracones de un antiguo cuartel, el que acabaría siendo el mayor complejo de campos de concentración y exterminio de los miles que existieron en la Alemania nazi, que llegó a estar formado por tres campos principales y como cuarenta y tantos campos satélite.

El segundo de los principales, Auschwitz–Birkenau, fue, si cabe, especialmente espeluznante. Situado a unos tres kilómetros de Auschwitz I –campo original y centro administrativo de todo el complejo–, comenzó a construirse en 1941, como parte de lo que el nazismo denominó ‘Solución Final’, esto es, su plan para asesinar a todos los judíos de Europa. Contaba con cuatro crematorios con cámara de gas, en donde los prisioneros morían en menos de media hora envenenados por un gas llamado Zyklon B, y eran después quemados. Supongo que habrás visto mil películas, documentales, páginas web… Da igual: solo con pensarlo, se queda uno sin palabras…

En 1947, el parlamento polaco, para recordar a las víctimas –y no olvidar lo que allí pasó– convirtió Auschwitz en un museo que es, desde 1979, patrimonio de la humanidad. Anotado queda para visitar algún día…