mirantesb.jpg

Aunque no haya piscinas

22/06/2020
 Actualizado a 22/06/2020
Guardar
A pesar de la ayuda de la Diputación para la contratación de personal y de la relevancia que las piscinas municipales de verano tienen para muchos pueblos de la provincia, unos cuantos pueblos ya han renunciado a abrirlas. Maximizar las garantías sanitarias, evitar dispendios desorbitados ante la incertidumbre de la afluencia o priorizar otras actuaciones son algunas de las razones esgrimidas para mantener el cierre de instalaciones que dan una vida, por desgracia, inusitada en los pueblos. De fondo también está el aumento de la población flotante, los veraneantes, ejem, ejem, entre los que no faltarán los que pongan el grito en el cielo y cuestionen lo que el Consitorio hace con su IBI y, si acaso, con su impuesto de circulación. Etcétera.

Para evitar tan magna afrenta a los pobladores estivales del medio rural, uno de los organismos que también contribuye notablemente a hacer de las comarcas un lugar mejor, la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), parece haber ideado un plan, especialmente atractivo en los ríos no regulados, aquellos donde el probable beneficio industrial o económico es quimérico y donde el puño cerrado vale lo mismo para aplicar la regulación leonina que para la inversión. En esos lugares, da la impresión de que CHD ha preparado parques temáticos de chopos caídos en mitad y en las orillas de los cauces, restos de las ríadas de finales del pasado año, taludes móviles, nuevas pozas, tablas desaparecidas, algún trampolín natural y, en general, una variada fama de atracciones para sustituir la monótona lámina de agua de una piscina por el excitante parque natural de la avenida.

Lo que no está claro –o sí– es si cuando se vayan los veraneantes y el otoño reclame con furia sus derechos de paso el parque temático seguirá ahí.
Lo más leído